Los 40 años del debut de Joy Division
Durante la gira Anarchy in the UK, los Pistols tocaban en Manchester el 4 de junio y el 20 de julio de 1977. En la audiencia había cuatro jóvenes, los compañeros de escuela Peter Hook, Bernard Albrecht y Terry Mason, además de Ian Curtis, que solo asistió al concierto de julio. De inmediato, Peter, Bernard y Terry decidieron formar una banda, con Peter en el bajo, Bernard en la guitarra y Terry en la batería, pero aún necesitaban una voz. Pusieron un anuncio en la tienda de discos Virgin en Manchester e Ian respondió y se convirtió en el cantante, llamada en ese momento los Stiff Kittens, posteriormente Warsaw.
A principios de 1978, habían reemplazado a su batería original con Stephen Morris y habían cambiado el nombre de la banda a Joy Division, jerga para las prisioneras de campos de concentración forzadas a la prostitución por los nazis. En octubre, tocaron en el Electric Circus, que iba a cerrarse, junto con The Fall y The Buzzcocks. Algunas canciones fueron grabadas por Virgin como testimonio de la escena punk mancuniense.
El álbum debut del grupo, Unknown Pleasures (1979), fue producido por Martin Hannett para Factory Records de Manchester, fundada a finales del año anterior por Tony Wilson y Alan Erasmus, y que pasaría a ser la etiqueta indie más famosa y creativa de su tiempo.
La atmósfera y el sonido de las canciones paranoicas, oscuras y claustrofóbicas, en las que el bajo y la batería eran más importantes que la guitarra- a lo que contribuyó de forma imprescindible la producción de Hannett con técnicas de vanguardia y efectos de sonido inusuales- marcó las pautas de las bandas y sellos independientes que surgieron en respuesta al punk y convirtió a Joy Division en una de los bandas en vivo más populares del Reino Unido. Todo ello sin singles- ninguno de los previos Love Will Tear Us Apart, Atmosphere o Transmission, fueron incluidos- ni promoción, el modus operandi de la etiqueta Factory en ese momento.
Ese mismo verano la banda fue contactada por el vicepresidente de Warner Brothers Records, quien les ofreció un millón de dólares para tenerlos en su sello. Su manager, Rob Gretton, y todo el grupo, rechazaron la oferta.
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