Los 30 años del debut de Oasis
Decía un historiador que “la casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir” .En mayo de 1993 el dueño de Creation Alan McGee había perdido el tren de vuelta a Londres. Como no quería quedarse en una estación fría y miserable, volvió a Glasgow y se refugió en el primer local nocturno que encontró. McGee quedó tan impresionado por la banda que vio en el escenario que inmediatamente les ofreció un contrato discográfico. Ese fue el verdadero comienzo.
Después de unos años en los que el rock era inexistente para la mayoría de las emisoras de radio y un par de años en los que el fenómeno grunge americano era lo más cercano, solo el álbum debut de los Stone Roses y el shoegaze, un género que nunca alcanzaría una popularidad masiva, fueron capaz de revivir el pop británico. Por eso la tensión en la música de Oasis supo conectar con el corazón y el alma de una nación en la Gran Bretaña de los años 90, una juventud y una clase trabajadora descontentas pisoteadas por años de thatcherismo. Y sin embargo, aparentemente esa no era la intención de los Gallagher, ni mucho menos. Antes que ellos, Blur y Suede ya habían abierto las puertas del resurgimiento del pop británico, el posteriormente conocido como britpop, pero ellos marcaban la diferencia: “Con Oasis”– decían ese mismo año 1994- “lo fundamental es: aquí tienes una guitarra, aquí tienes las canciones, las tienes. No predicamos sobre la vieja Inglaterra ni sobre cómo era la vida en los años 60. No predicamos sobre nuestra sexualidad, no le decimos a la gente cómo debe actuar». Era más bien una banda de resurgimiento del rock clásico, excepto que filtrada a través de la era moderna “Nunca hay que tener miedo de lo obvio porque todo esto ya se ha hecho antes».
El mensaje era directo: ”Se trata de tomar una botella de sidra con tus amigos, poner un álbum de los Beatles, hablar tonterías, vomitar, conocer chicas desconocidas y tal vez tener sexo. «Se trata de escapar». Y apareció el himno perfecto, el que cualquier joven quiere escuchar: Live forever. Definitely Maybe fue debut de Oasis, publicado al poco tiempo de su apoteósico single, y fue el resultado de varias sesiones de grabación problemáticas con varios productores diferentes, que incluso requirieron una remezcla final de Owen Morris antes del lanzamiento. Muchos pueden decir, probablemente con razón «No es tan bueno como el siguiente”. El eterno debate. Difícil cuando tienes que competir con un disco que ha vendido más de 22 millones de copias en todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los álbumes más vendidos de todos los tiempos. Y la enorme influencia que ejercieron los Beatles– no necesariamente la principal, Cigarettes & Alcohol es puro T.Rex– no fue solo por sus melodías sino sobre todo por su ambición desmedida por ser los mejores: “No nos avergüenza nuestro éxito porque lo merecemos, y si no quieres ser tan grande como los Beatles, entonces es sólo un hobby».
La mayor parte del contenido de Definitely Maybe es su relato autobiográfico de sobre cómo llegó a la cima y se convirtió en una «estrella del rock and roll». Con razón el álbum comienza con esa canción. Noel Gallagher era una máquina de hacer estribillos a principios de los 90. Pero la arrogancia y la actitud punk no tenían nada que ver con Lennon- pese a que la voz de Liam sonase tan parecida al Beatle en la mayor parte del álbum- ni las guitarras imitaban a George Harrison, quien probablemente codiciaría su mayor prominencia. Como dijo una vez un crítico, Lennon y Lydon pueden coexistir en el mismo escenario, y eso era lo que representaba Liam Gallagher en aquel momento. El hype y la cobertura mediática, sobre todo de NME y Melody Maker, añadió bastante leña al fuego: las peleas- “los Gallagher están madurando en público”– las opiniones extravagantes, la rivalidad con Blur, conformó, con todo, una época de creatividad que ayudó a revitalizar la industria musical británica.