Las mejores películas del 2005
Desde la redacción de AltaFidelidad.org os ofrecemos una lista con algunos de los mejores films que pudimos ver en las salas españolas a lo largo del 2005. Ordenadas alfabéticamente, éstas son diez películas imprescindibles, que todo cinéfilo que se precie no debe perderse.
American splendor
Director: Shari Springer Berman Robert Pulcini
USA, 2003
Dos años tardaron en estrenar en nuestro país la genial adaptación del cómic de Harvey Pekar, American splendor. Ello a pesar de contar con un larguísimo palmarés entre los que se encontraba el premio mayor de Sundance y una nominación al oscar por su guión. Se trata de una original, desconcertante y divertidísima película sobre el antihéroe por antonomasia. Un tipo triste, decadente y de vida anodina que, a través de la ácida translación de su propia realidad al cómic, nos ofrece un muestrario de personajes y anécdotas dignos de un universo muy particular. La película de Berman y Pucini cuenta con una fabulosa interpretación que sitúa a Giamatti entre los actores con mayor proyección del momento, así como un guión portentoso, una dirección que acomete con acierto la difícil adaptación cinematográfica del mundo de Pekar y una espléndida banda sonora que no ensombrece en momento alguno la acción. Una auténtica joya que debe prevalecer entre lo mejor de un año que no es el suyo.
Charlie y la fábrica de chocolate
Director: Tim Burton
EEUU, 2005
No todos los directores se enfrentarían a una nueva adaptación del popular libro de Roald Dahl con la ilusión que lo ha hecho Tim Burton, en especial en un año en el que ha estrenado nada menos que dos películas. A la vista de sus trabajos más recientes, los mejores tiempos del californiano parecen lejanos, pero ya no tanto como en 2001, cuando acometió su versión de El planeta de los simios. Al menos, el último Burton ha recuperado el gusto por la fantasía, los cuentos y la puesta en escena más desmedida: en esta ocasión, gracias a los efectos digitales, ante nuestros ojos se levantan escenarios multicolor, universos alucinógenos y personajes y coreografías imposibles. Un placer para los sentidos, en consonancia con el tema tratado. Con respecto a anteriores visitas a la gran pantalla, la novela sufre los cambios necesarios para actualizar su mensaje y que todo siga funcionando de la misma forma que siempre ha funcionado. Y, una vez más, buenos son los frutos que arroja el dúo Tim Burton / Danny Elfman, orientando el film hacia el musical más excéntrico, con unas composiciones repletas de las más diversas influencias. Deliciosa música para tan dulces paisajes.
Como una imagen
Director: Agnès Jaoui
Francia, 2004
Tras la excelente Para todos los gustos, la directora francesa Agnés Jaoui y su marido, el actor Jean-Pierre Bacri, escribieron esta otra película muy en la línea de la anterior, pero con un protagonista ciertamente antagónico: un tipo ególatra y displicente que trata con desprecio a propios y extraños. Dos son los temas centrales de esta agridulce comedia no exenta de momentos hilarantes; la búsqueda de afecto, ya sea paternal o conyugal, y la vacuidad de un personaje cuya inseguridad se disfraza de insolencia. Dos temas tratados con inteligencia que hacen de ésta una de las más emotivas y francamente divertidas películas del año.
El hundimiento
Director: Oliver Hirschbiegel
Alemania, 2004
Nuevamente desde Alemania llegó la película europea que más dio que hablar en el año que acaba. Avalada por el público y la crítica, esta recreación de los últimos días de vida de Adolf Hitler y la caída del Tercer Reich puede resultar un material controvertido a la hora de los juicios morales, pero no admite dudas la calidad del conjunto. Se ha discutido sobre la humanidad del dictador o la forma de presentar su muerte, pero es indiscutible el interés que tiene introducir la cámara en momentos de la historia tan poco transitados por el cine. La narración se justifica a partir de un personaje que asiste como testigo a los hechos que se suceden durante la reclusión del Führer previa a su suicidio -aunque adopta múltiples puntos de vista-, y sólo a esa intermediación cabe atribuir el carácter cercano que durante gran parte tiene la película, y en el que algunos quisieron ver signos de debilidad en la condena a tan horrible personaje histórico. Al margen de los debates, la angustiosa atmósfera que impregna todo el film, el esfuerzo en el diseño de producción y las grandes interpretaciones de los actores –mención especial, naturalmente, para Bruno Ganz- son otros elementos que merecen la mejor valoración.
El secreto de Vera Drake
Director: Mike Leigh
Reino Unido, 2004
Repitiendo la fórmula de cine de personajes con trasfondo social, la última cinta del británico Mike Leigh –una coproducción rodada en el Reino Unido- exige del espectador un posicionamiento y una reflexión ineludibles para que su visionado pueda calificarse de completo. Tal condición se demuestra necesaria para no simplificar los argumentos y creer que la película simplemente ampara un discurso de defensa del aborto. La realidad es más compleja y detrás de una historia sumamente simple -enérgica ama de casa que practica abortos en la Inglaterra de mediados de siglo-, encontramos un valioso alegato en favor de las personas frente a las instituciones, de la vida diaria frente a las gruesas palabras de los gobernantes: sólo desde lo cotidiano se puede entender y juzgar el comportamiento de personas desesperadas y sus, en ocasiones, radicales actos. Es éste un cine radicalmente alejado del placentero entretenimiento que tanto abunda en las carteleras, y en el que no se busca la brillantez sino la sencillez y la claridad. No se busca, aunque a veces se encuentre: resulta esplendoroso el trabajo de Imelda Staunton, llevando todo el peso dramático y consiguiendo con su Vera Drake una de las mejores interpretaciones que se recuerdan en los últimos años.
Flores rotas
Director: Jim Jarmusch
EEUU, 2005
Tras el relativo punto y aparte que supuso Coffee and cigarettes, Jim Jarmusch vuelve al largometraje, y lo hace como mejor sabe, con una película en la que los personajes lo son todo. En Flores rotas, la historia de un perpetuo soltero –y razonablemente vividor- que recibe una carta anónima en la que alguien le desvela su hasta entonces desconocida paternidad, le sirve a Jarmusch para hacernos pensar en cómo el paso del tiempo afecta a nuestras vidas, a nuestras ilusiones. Bien dirigida y mejor interpretada –desde un Bill Murray en racha, repitiendo papel de hombre maduro en crisis, hasta las veteranas y fantásticas Sharon Stone o Jessica Lange-, la película se hace merecedora de los mayores elogios por conseguir armonizar tema y forma –mediante el ritmo pausado, los silencios- de manera brillante. La música, siempre importante en la carrera de Jarmusch –aunque aquí en menor medida que en su anterior largo, Ghost dog, el camino del samurái-, y un final abierto que deja en manos del espectador la vida de los personajes, completan un trabajo que devuelve a su director a un lugar de privilegio entre lo más interesante del momento.
La pesadilla de Darwin
Director: Hubert Sauper
Francia, Austria, Bélgica , 2004
El último documental de Hubert Sauper, reconocido cineasta belga, es el portentoso reflejo de un término ya manido pero no por ello carente de la vital importancia que tendrá en nuestro futuro, la insostenibilidad. A través del retrato del comercio de la Perca del Nilo, se articulan una serie de denuncias que abarcan desde el comercio de armas a la desigualdad del planeta, desde la muerte de un ecosistema a la crueldad del hambre. No es un documental tramposo ni muchos menos demagogo. No arrastra el ancla de la falsa modernidad ni de la rebelión mal entendida. Demuestra que la denuncia bien expuesta no requiere ser encubierta con ficciones de amor pasional o tramas detectivescas.
Match Point
Director: Woody Allen
Reino Unido, 2005
Alejado del ímpetu y vivacidad que la ciudad de Manhattan le proporciona, Woody Allen parece ahora haberse contagiado de la tonalidad grisácea de Londres, para dejar de lado su habitual cinismo y decantarse por un opresivo drama con toques de cine negro. Un argumento que gira en torno a la ansiedad por el estatus de un personaje oscuro y frío, perdido por la pasión y el arribismo. Se trata de una de las mejores películas del año por, como también hiciera Eastwood con Million dollar baby, haber reencarnado el espíritu del cine clásico. Un cine que se asienta en la brillantez de los grandes guiones y la corrección de una factura sin estridencias ni voluntad de reinventar nada.
Million dollar baby
Director: Clint Eastwood
EEUU, 2004
Su más reciente trabajo confirma a Clint Eastwood como uno de los directores más interesantes y decisivos de Estados Unidos, a pesar –o mejor, gracias a- los tres cuartos de siglo que acumula ya sobre los hombros. Eastwood es perro viejo y sabe muy bien cómo hacer una gran película. Con Sin perdón entregó una de los mejores films de la pasada década, y ahora vuelve a repetir la jugada. Porque Million dollar baby parece destinada a ser recordada como una de las mejores películas de nuestro tiempo. Su habitual mirada descreída se pasea por una historia que empieza siendo de superación personal y acaba siendo de redención, y en la que el veterano director maneja con pasmosa maestría los tiempos del drama, con el que no hay atajos que valgan: la historia es dura y así debe ser presentada, viéndose reflejado en cada detalle, desde las actuaciones del reparto hasta la sobria dirección, pasando por un estilo visual naturalista o la música seleccionada. Y aunque parezca innecesario, no perdamos la ocasión para advertir, una vez más, que no es una película de boxeo. Es, sin más, una película para seguir creyendo en el cine.
Presidente Mitterrand
Director: Robert Guédiguian
Francia, 2005
Robert Guédiguian, director de comedias de corte realista como Marius y Jeanette o La ciudad está tranquila, decidió trasladar a la gran pantalla el reflexivo retrato que Georges-Marc Benamou había hecho del ex-presidente de la República, François Mitterand, en su libro Le promeneur du champs de Mars. La película gira alrededor de la entrevista que un joven reportero hace a un achacoso Mitterand en la postrimerías de su vida y mandato. A través de los diálogos y las reflexiones que ambos personajes formulan, se vislumbra a un presidente cautivador, adoctrinador y grandilocuente (“Después de mí, ya no habrá nada igual en Francia. Sólo quedarán financieros y contables”). Un personaje excesivamente idolatrado por algunos, a la par que injustificadamente despreciado por otros. Una película de valía cinematográfica incalculable, que a pesar de lo costoso que pueda resultar, bien valdría la pena recuperar.
Spellbound
Director: Jeff Blitz
USA, 2002
Documental que narra los derroteros, preparación y participación de ocho niños en el National Spelling Bee, un concurso de deletreo infantil que año tras año se celebra en EEUU. Añadir entre lo más destacado del año un documental no debería parecer una gran osadía. Ello a pesar de cómo la mayoría de medios y críticos ignoran un género cuya madurez parece sobradamente alcanzada. Al fin y al cabo, ficción y realidad se entremezclan de tal forma que cuesta enmarcar según qué historias. Spellbound no es más que una narración no carente de nudo ni desenlace, una historia universal cuyo contexto sorprende por novedoso y cuyo planteamiento trata de profundizar en la nueva sociedad interracial norteamericana.
… Fueron las mejores:
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