La película de la semana: The Florida Project
La sexta película de uno de los directores indies más prestigiosos de la actualidad, Sean Baker.
Ubicada en un tramo de la carretera a las afueras de la imaginada utopía de Walt Disney World en Orlando, Florida, The Florida Project sigue a Moonee, de seis años (Brooklynn Prince) y su madre Halley (Bria Vinaite) durante el curso de un solo verano. Los dos viven semana a semana en The Magic Castle, un motel económico administrado por Bobby (Willem Dafoe). Willem Dafoe ya fue nominado al Globo de Oro y al del Sindicato de Actores como mejor actor de reparto y el 4 de marzo competirá con la misma candidatura en los premios Oscar. Es, por cierto, la única candidatura de una película alabada por la crítica pero olvidada por la Academia.
El motel protagonista es uno de los pertenecientes al llamado Florida Project, llamado así por el nombre con el que Walt Disney llamó a su plan secreto de construir un parque temático en Florida. El 1 de octubre de 1971 se inauguró con el nombre de Walt Disney World y en sus alrededores se construyeron moteles con la intención de alojar a los turistas que lo visitaban. Aunque su destino final no fue ése.
El director Sean Baker (Tangerine) se enteró de las familias que vivían en estos moteles en la vida real en 2011, gracias al coguionista de la cinta Chris Bergoch. Baker señaló en su estreno que con The Florida Project quería hacer «un moderno Little Rascals (La Pandilla)», una película sobre niños pobres que encuentran diversión grosera y traviesa allí donde pueden en la actualidad. Así mientras los «bribones» originales, los niños de la Gran Depresión de la célebre serie «viven en la pobreza, sus autores se centraron en la alegría, el corazón y el humor de ser un niño, y queríamos hacer lo mismo». Curiosamente, para rodar alguna de las escenas, a finales de 2016, el director se dirigió a Disney World con Bergoch, el director de fotografía Alexis Zabe, los niños protagonistas y sus tutores, como un «grupo familiar secreto» en vacaciones, para rodar algunas escenas.
Para Variety «como cineasta, Baker es un elegante voyeur neorrealista que se nutre de la improvisación, y su narración, en The Florida Project, es principalmente una serie de anécdotas. Pero eso resulta suficiente». Según Los Angeles Times «es la tensión entre el realismo duradero y la fantasía optimista, y la comprensión de que ambos son, de hecho, aspectos vitales de la misma experiencia, lo que hace que The Florida Project tan poderosamente irresoluble». Para Arizona Republic «a veces exasperante pero nunca deprimente, The Florida Project no sólo ilumina a esas personas que rara vez están representadas de otra manera que condescendiente. En cambio, nos lleva a su mundo y nos presenta a sus habitantes de una manera significativa. Y nos preocupamos por ellos». Philadelphia Daily News concluye «A algunos actores con poca experiencia se les pide que hagan demasiado. Aún así, no detiene el ímpetu de esta interesante y humana pequeña película, que construye el momento en que sus mundos internos finalmente chocan: el reino mágico de Moonee, la realidad menos prometedora de su madre».