La película de la semana: Moonage Daydream
Brent Morgan, el director detrás del aclamado documental de 2015 Kurt Cobain: Montage of Heck, se ha encargado del primero oficialmente autorizado y apoyado por los herederos de Bowie, Moonage Daydream.
Con la bendición de los administradores de su patrimonio, Morgan pasó muchos días de 16 horas durante cinco años investigando más de cinco millones de activos en sus archivos. Morgen tardó dos años en familiarizarse con millones de piezas y desarrolló un sentido intuitivo sobre qué materiales usar y cómo se incluirían en este proyecto. El proceso fue complejo,y, justo cuando estaba a punto de comenzar su inmersión profunda, el director tuvo un ataque al corazón, permaneciendo en coma durante una semana. Fue desde esa nueva posición, tras recuperarse, solo y en medio de una pandemia, cuando comenzó a revisar sus reflexiones sobre la mortalidad, el envejecimiento, su forma de vida, hechos que se convirtieron en catárticos e inspiradores para su director.
Inspirada en la técnica de cut-up de los dadaístas y Williams Burroughs, Moonage Daydream es una película que recorre toda la carrera de Bowie, intercalado de una manera particular por fragmentos de clásicos del cine como El Gabinete del Dr. Caligari, A Clockwork Orange, Un Chien Andalou, Nosferatu, Blade Runner, Viaje a la Luna o The Red Shoes. Sin embargo, como relata en una entrevista para The Guardian: «Mi inspiración para este proyecto probablemente fue más mis experiencias en el planetario [en el Observatorio Griffith, Los Ángeles] viendo el Pink Floyd Laserium y yendo a esos paseos dentro del parque temático en Disneyland que en cualquier película específica». Morgen trabajó también con Tony Visconti, amigo y colaborador de Bowie desde hace mucho tiempo, quien usa cortes y collage para crear nuevos paisajes sonoros al fusionar pistas aisladas de las grabaciones de canciones originales, y en muchos casos escuchamos a Bowie en reflexiones filosóficas extraídas de archivo.
No se trata un documental puro de la vida de Bowie, y, de hecho, el mismo ha omitido algunos hechos importantes, como el éxito inicial de Bowie con Space Oddity, su experiencia como líder de una banda, Tin Machine, así como sus últimos años trabajando en Blackstar. Aunque el director no ha ocultado en algunas de sus entrevistas su preferencia por la última discografía del músico-de Hours a Reality, sobre todo- en su mayor parte, la película viaja por un terreno trillado al explorar su personalidad como estrella de las décadas de 1970 y 1980 y su inclinación por la innovación artística. Esto se debe probablemente a que ya se han realizado otros documentales en los últimos años relatando algunos de estos períodos, como David Bowie: Five Years (2013), que analizaba cómo Bowie evolucionó continuamente, desde Ziggy Stardust hasta la Young Americans y el ‘Thin White Duke’, su regeneración en Berlín con el aclamado álbum Heroes, su triunfo con Scary Monsters y su éxito mundial con Let’s Dance. Y, más reciente, David Bowie: The Last Five Years (2017), que sí se centra precisamente en todo el proceso que le llevó a realizar su último disco de estudio, Blackstar. Así, Moonage Daydream comprende imágenes de apariciones en conciertos, entrevistas en programas de entrevistas, videos caseros, videos musicales, viejas películas de ciencia ficción e imágenes abstractas puras. Al tratarse de un documental autorizado por su familia y/o administradores, se descarta cualquier controversia con respecto a su vida personal, con el fin de explorar más a fondo su música.
Para The Observer «Lo que sí logra hacer Moonage Daydream es compartir algo del espíritu aventurero de su sujeto: un camaleón que no tenía miedo de caerse de bruces mientras buscaba las estrellas. Si algo nos enseña la carrera de Bowie es que nadie puede reírse de ti si ya te has reído de ti mismo. Ciertamente, su capacidad para equilibrar la seriedad con la autodesprecio («¡No me jodas, Sherlock!») siguió siendo uno de los rasgos más atractivos de Bowie». Según The Guardian «es un glorioso montaje de celebración de material de archivo, metraje de actuaciones en vivo, videoarte y pinturas experimentales de Bowie, trabajo cinematográfico y escénico y entrevistas con varias personalidades de la televisión normcore con las que Bowie es infaliblemente educado, abierto y encantador». Según Entertainment Weekly «la poda obstaculizaría la asunción de riesgos sin trabas que se exhibe, que se extiende a alguna animación atmosférica (como sucedió con Kurt Cobain: Montage of Heck de Morgen), e instantáneamente eleva el esfuerzo a la cima de los documentos de Bowie. La música en sí, magníficamente remezclada por Tony Visconti, productor y amigo de Bowie desde hace mucho tiempo, nunca ha sonado mejor o más extraña, con pasajes instrumentales aislados que se quedan en la mente» Para Variety «al ver Moonage Daydream, hay hechos esenciales que no escuchará y muchas piedras angulares que se pasan por alto (en toda la película, ni siquiera verá la portada de un álbum).Pero te acercas más de lo que esperas al enigma frío y sexy de quién era realmente David Bowie». Según TIME «La belleza del collage de terciopelo y pintura facial Moonage Daydream de Brett Morgen estriba que no intenta ser definitivo.En cambio, es un recorrido por la carrera de Bowie, apenas completo pero que de alguna manera captura tanto el espíritu como el genio de este artista tan enigmático y atractivo» Para Boston Globe «el enfoque visual inmersivo, a veces convulso, de Morgen justifica el formato.Este es un cine que es cualquier cosa menos casto. Intencionalmente abrumadora, Moonage Daydream es indulgente y está sobreproducida, lo que encaja con su tema».