La película de la semana: Mission: Impossible – Fallout
¿Puede una larga y a menudo tediosa franquicia de espías remontar el vuelo en su sexta entrega?
Es la saga cinematográfica número 20 más taquillera de todos los tiempos. A partir de 1996, las películas de Misión Imposible siguen las misiones del equipo del FMI bajo la dirección de Ethan Hunt, que protagoniza Tom Cruise. La serie se centra en Hunt como el personaje principal en oposición a la estructura de reparto de la serie de televisión, aunque algunos personajes, como Luther Stickell (interpretado por Ving Rhames) y Benji Dunn (interpretado por Simon Pegg) tienen papeles recurrentes en las películas.
Desde un primer momento no fue aceptada muy bien por los actores originales de la serie, como Barney Collier, el único integrante que se mantuvo en todas las temporadas, que se emitieron entre 1966 y 1973, y que, disgustado con el tratamiento de la película del personaje de Phelps, salió del cine antes de que terminara la película. En el concepto original de la serie, el elenco cambiaba considerablemente durante la programación de las temporadas, y cada uno de los personajes no aparecían necesariamente al mismo tiempo y en todos los episodios. Así que, en una franquicia que fuera fiel a la original, Tom Cruise no saldría tanto en pantalla. O incluso, directamente, no saldría…
La sexta película de la franquicia que acapara Tom Cruise, tiene, esta vez, como escenarios a las ciudades de Berlín, Londres, París y Cachemira (rodaje en Nueva Zelanda) , aunque es la sede de Francia donde la mayor cantidad de secuencias de acción ocurren. Mission: Impossible – Fallout es de nuevo dirigida por Christopher McQuarrie -quien trabajó con Cruise en Misión: Imposible 5 (2015) y Jack Reacher: bajo la mira (2012)- y Tom Cruise es (misión imposible!?) el héroe cincuentañero que escala, salta, lucha, dispara y conduce en moto – y sin dobles- como el mejor James Bond. En este filme veremos a la estrella realizar un peligroso salto HALO (High Altitude, Low Open), una maniobra utilizada por el ejército para infiltrarse en áreas hostiles saltando desde un avión a una altura de casi 8.000 metros y abriendo el paracaídas por debajo de los 600. Tiene mérito, porque la última que hizo Sean Connery cuando se retiró como Agente 007- Diamantes para la eternidad, 1971- tenía…42 años.
Muchos sitúan Mission: Impossible – Fallout como la mejor película de acción del año, e incluso- y eso ya es más complicado – en mucho tiempo. Para Variety «sus escenas de combate son tensas, musculosas y limpias, filmadas y editadas de tal manera que la geografía espacial tiene sentido. Coloca al público justo por encima del hombro de Cruise, o mirando al rostro del actor mientras hace una mueca de esfuerzo». Según Entertainment Weekly «es el tipo de diversión pop pura, directa y sin perseverancia que no solo te quita el aliento una y otra vez, sino que también te devuelve la fe de en los blockbusters ocasionales y tambaleantes de verano» . Empire la define como «una combinación de acrobacias emocionantes, loca osadía y escritura inteligente hacen de éste un impresionante cine de acción. Solo asegúrate de tomar tus medicamentos para el corazón primero, y agárrate fuerte». Para Village Voice «una centrifugadora cinematográfica de acrobacias, persecuciones vertiginosas y acción inmersiva, Misión: Imposible: Fallout es una pieza cinematográfica perfectamente calibrada que machaca al espectador como a un tambor desde el principio».