La película de la semana: Mad Max: Furia en la carretera
La crítica aplaude unanimemente la cuarta entrega de la saga post-apocalíptica, que se estrena esta semana.
Mad Max: Furia en la carretera resucita la trilogía que, a principios de los ochenta protagonizó Mel Gibson. Ahora, 20 años después, es Tom Hardy quien interpreta a Max Rockatansky en una cinta en la que comparte estrellato con Charlize Theron, que da vida a la emperatriz Furiosa. La cinta vuelve a contar con quien mejor conoce la saga, el mismo director, George Miller, que ganó Premio de la Academia a mejor animación por la cinta Happy Feet.
La crítica ha ensalzado la película. Time Out New York valora que con esta especie de fusión «del frenesí del universo peculiar de Terry Gilliam con la grandeza explosiva de James Cameron, Miller cocina una acción moderadamente estimulante. Pero la clave de esta sinfonía de metal retorcido es la forma como la película nunca olvida que la violencia es una especie de locura». Con ese ánimo entusiasta coincide The Telegraph, en una descripción muy acertada de la saga:«El mundo de Mad Max siempre ha sido soldado a partir de trozos de lo que se encontraba por ahí, y el brillo de las películas siempre ha estado en su soldadura: la manera ingeniosa en el que se combinaron sus piezas de chatarra de metal para crear algo impensable, hilarante u obsceno y, a menudo, los tres a un tiempo».
Para Empire «Fury Road es una desafiante, a veces delirante, experiencia cinematográfica. (Su director) ha creado una sinfonía de la destrucción». Total Film asegura que describe «una visión lunática, tan hilarante como infernal. Y algunas de las más grandes escenas de acción jamás llevadas a la pantalla». Y Indiewire concluye «Mad Max no sólo representa los conflictos con los malhechores dentro de una existencia hecha jirones. (Su visión) ofrece una alternativa a las películas de acción ofensivamente estúpidas. En un momento de gran necesidad, Max cabalga de nuevo…»