La película de la semana: La seducción
Llega a la cartelera esta semana el remake de la escritora y directora estadounidense Sofia Coppola.
La autora, al igual que en obras anteriores como The Virgin Suicides, Lost in Translation y Marie Antoinette, confirma su destreza para perfilar un retrato diferente de la juventud femenina de cualquier época. El remake que emprende ahora es de una película de 1971 dirigida por Don Siegel y protagonizada por su actor fetiche, Clint Eastwood, con el que haría clásicos como Harry el Sucio o La fuga de Alcatraz. Eastwood interpretaba en la cinta, ambientada en 1863, a un soldado yanqui que llega herido a una casa de mujeres del sur. Hecha justo antes de Harry el Sucio, fue un audaz intento de Eastwood para intentar luchar contra el estereotipo de tipo duro. No fue un éxito, probablemente debido a la incertidumbre de Universal de cómo comercializarla.
La revisión de Coppola ha recibido críticas muy positivas…y otras no tanto. Para The Film Stage «Coppola y su equipo de producción – incluyendo el director de fotografía Philippe Le Sourd – han creado un mundo pleno de erotismo, humedad y el ambiente gótico del sur. Los personajes son simplemente engullidos en él, casi al punto de que incluso los sauces parecen estar extendiendo la mano para agarrarlos». Para Empire «la película más tradicional de Coppola hasta la fecha es un drama intenso, sombrío y sexualmente tenso que trastoca la mirada masculina, para mostrar lo que sucede cuando un hombre, por una vez, se queda atrapado en la diana del deseo»- Para Vulture «no es una película de terror. Su poder reside en sus corrientes subterráneas, en el sentido de que lo que estamos viendo no es inevitable, sino una especie de peor escenario posible de un encuentro entre los dos géneros. Nadie es completamente bueno o malo. Ambas partes están engañadas». Para Slate, sin embargo, «desde el punto de vista estético y técnico, su logro es loable, pero hay algo poco amueblado en esta película, una carencia de riqueza histórica, intelectual y temática». Para Washington Post «en sus propios términos, La seducción es un ejercicio finamente elaborado, experto en reflejar la tensión superficial y la agitación subterránea. Visto a través del prisma de la historia y la cultura, es difícil no sentir que alguna verdad esencial se ha perdido en la traducción».