Aunque se estrenó en la plataforma de forma limitada hace unas semanas, a partir de este viernes ya está disponible en Filmin otra de las películas más aplaudidas por la crítica en el último año.
Las películas de Philippe Lacôte, narrativas y documentales, se han involucrado con la violencia de las guerras civiles de Costa de Marfil de 2002-2007 y 2010-2011, y el legado de violencia que surgió tras el fin de los conflictos. Run (ópera prima de Lacôte) fue el primer largometraje realizado en Costa de Marfil en 10 años, debido a la guerra civil, y fue seleccionado en la sección Un Certain Regard de Cannes en 2014. Tanto aquella cinta como ésta fueron preseleccionadas por el país para optar al Oscar a la Mejor Película Internacional. La noche de los reyes quedó finalmente fuera del grupo de finalistas, y habría sido sólo la tercera película de la nación presentada a los Oscar, tras ganar el premio por la sátira antibélica Black and White in Color (1976), el debut como director del cineasta francés Jean-Jacques Annaud.
Para este segundo largometraje, La noche de los reyes, Lacôte dirige su lente hacia los jóvenes pandilleros conocidos como «microbios», que sembraron la violencia en Abidjan después de la segunda guerra. La película sigue a Roman (Koné Bakary), un «microbio» introducido en las entrañas de la infame prisión MACA (Maison d’Arrêt et de Correction d’Abidjan), la prisión principal de Abidjan, construida dentro de un pequeño bosque, el Parque Nacional Banco, que debe contar historias a los reclusos en su primera noche o morir a manos del líder de la pandilla Blackbeard (Steven Tientcheu). Tras debutar en los festivales de cine de Venecia, Toronto y Nueva York, es otro hito en el resurgimiento de la industria cinematográfica de Costa de Marfil y una prueba más del talento de Lacôte.
El título La noche de los reyes en francés (La Nuit des Rois) es el nombre de una de las obras de Shakespeare (Noche de Reyes), así que, en consecuencia, la película se puede resumir como una lucha por el poder. De cinta dirigida por Lacôte destacan, entre otros aspectos, sus protagonistas: el veinticinco por ciento de los actores de la prisión que el director seleccionó se formó por viejos prisioneros de la vida real, con la finalidad de recrear con fidelidad la jerga de los jóvenes- el 80% de la gente de La MACA tiene menos de 30 años- pero también resalta la fotografía, unas secuencias animadas por el director Tobie Marier-Robitaille, que quiso filmar la mayor parte de la película con cámara en mano.
Para Chicago Tribune «lo que sucede en Night of the Kings es una pieza de oración tradicional y arte impermanente, marcada significativamente por sus cualidades temporales y de improvisación. Es tanto una lucha por el poder como un ritual practicado por el colectivo dentro de un microcosmos de la sociedad alojada bajo la opresión del estado, y una poderosa demostración del poder transportador y liberador de la narrativa». Según The Hollywood Reporter «este cautivador híbrido de una película mezcla elementos de cuentos de hadas y narraciones con un fondo vívidamente dibujado de mayor realismo (nadie confundiría esta prisión con un resort de lujo) y se basa en imágenes y sonidos tanto como en la voz humana para contar sus múltiples historias». Para Los Angeles Times «decir que no todo es coherente en esta película rápida y propulsora de 93 minutos es sugerir que el cineasta ha hecho justicia a la rebeldía de su tema: al capturar y preservar una tradición oral de larga data, ha llegado a una visión persuasiva del pasado y una visión esperanzadora del futuro. Como todos los buenos narradores, te deja con ganas de más». Para The Globe and Mail es «Ciudad de Dios cruzada con Un profeta a través de Las mil y una noches, La noche de los reyes de Philippe Lacôte es un thriller ambicioso que sorprende constantemente».
