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La película de la semana: La muerte de Stalin

Conocido principalmente por su exitosa serie de televisión de HBO Veep, Armando Iannucci tiene una larga historia de mordaces proyectos satíricos que revelan la ridiculez del reino político.

Por eso la comedia, basada en la novela gráfica de Thierry Robin y Fabien Nury, se ciñe a eso, al terreno político, porque, como comenta el director en una entrevista a TIME «Lo primero que dije cuando comenzamos a rodar fue que teníamos que ser muy respetuosos con lo que le sucedía a la gente. Ahí no hay comedia. Solo mostramos la verdad. No tenemos que comentar. La comedia es todo lo que sucede con las figuras principales dentro del Kremlin «.

El ministerio de cultura ruso, sin embargo, retiró el permiso para el lanzamiento de la comedia después de que altos funcionarios y figuras del arte calificaran la película de «ofensiva y extremista». Pavel Pozhigailo, miembro del comité de cultura de alto rango, dijo que la película «insulta nuestros símbolos históricos: el himno soviético, órdenes y medallas». También se quejó de que el mariscal Zhukov, el comandante militar soviético, «es retratado como un tonto». No hay que olvidar que a Zhukov, cuya estatua se encuentra cerca de la Plaza Roja, se le atribuye la orquestación de la derrota de la Alemania nazi en la Batalla de Stalingrado en 1943, que detuvo el avance nazi y fue un importante punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial.

El aplazamiento del estreno coincide con las celebraciones de 65º aniversario de la muerte de Stalin así como un proceso de rehabilitación del dictador soviético, una figura que, sin embargo, aún divide a la nación, y muchos lo ven principalmente como el hombre que condujo a la Unión Soviética a la victoria sobre la Alemania nazi y condujo la industrialización de Rusia. Sin embargo, Iannucci, hablando en la alfombra roja en los Premios de Cine BAFTA en el Royal Albert Hall de Londres, dijo estar en contacto con la distribuidora Volga y ser optimista de que se acabaría estrenandoen Rusia.

Para Empire «La sátira política de Iannucci se aplica a uno de los capítulos más oscuros de la historia moderna, con resultados sensacionales. La vida de los otros con risas, es farsante, aterradora y un recordatorio oportuno de que las cosas siempre podrían ser peores». Según Time Out Magazine «lo que sigue es una farsa desenfrenada de doble sentido y trama mezclada con momentos de horror negro. El control del tono de Iannucci es tal que somos llevados de la hilaridad a la repugnancia y viceversa en algunas líneas de diálogo muy elaboradas». Sin embargo, para Variety «aunque esporádicamente brillante, este discurso demasiado desigual de la política rusa intenta mantener el estilo de fuego a discreción y semi improvisación de la obra anterior de Iannucci … mientras sitúa tal locura dentro de un entorno de época elaboradamente disfrazado y diseñado para la producción». Por otro lado para The Independent «tal vez el terror de Stalin y sus consecuencias no es tan buen tema para la comedia después de todo. La versión de Iannucci aún nos da una versión muy británica, muy ingeniosa aunque divertida de una historia oscura que podría haber sido mejor contada por alguien de dentro».

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