La película de la semana: El Hoyo
La cinta, del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia, ahora en Netflix, ganó el pasado año el premio a la Mejor Película en la 52ª edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges.
Ya galardonada con el premio del público de la sección Midnight Madness en el Festival de Toronto, la película- con la escritura de David Desola y Pedro Rivero- también se llevó en Sitges el premio del público y su director, Galder Gaztelu-Urrutia, el Citizen Kane como director revelación, ya que se trata de su primer largometraje. Era la primera vez que una película española triunfaba en solitario en Sitges, ya que Justino, un asesino de la tercera edad, de Santiago Aguilar, lo consiguió ex aequo en 1994.
El hoyo, protagonizada por Iván Massagué, Zorion Agileor, Antonia San Juan, Emilio Buale y Alexandra Masangkai, nos transporta a un futuro distópico en el que personas malviven en una estructura que hace las veces de cárcel donde son alimentados con los restos que van descendiendo de los niveles superiores.
Para Los Angeles Time «formidable desde un punto de vista técnico, El Hoyo se nutre de un diseño de producción efectivamente grotesco y de efectos espeluznantes que impactan y disgustan con un propósito». Según The Guardian «hay una eficacia brutal en la narración de historias, que nos impulsa rápidamente hacia arriba y hacia abajo del edificio, obligándonos a dar testimonio de una gran cantidad de horrores». Para Variety «una vez que las ideas principales están sobre la mesa, el impulso se tambalea y The Platform intercambia emociones por el peso empático del encarcelamiento. Hay más sangre y menos esperanza, aunque la partitura inspirada en la caja de música de Aranzazu Calleja puede aligerar el ambiente de una fábula de libro de cuentos». Según Indiewire «no es una película sutil. Pero estos son tiempos poco sutiles, con problemas sutiles, y lo más alarmante de esta alegoría española que afecta severamente, que literaliza la verticalidad deshumanizante del capitalismo con el doble de terror de «Parásito», y casi la mitad de la gracia furiosa de esa obra maestra, es que a veces no parece una alegoría en absoluto». Para Insider «aunque el concepto es bastante sencillo, los diversos giros y vueltas de la película, así como las secuencias de sueños y los flashbacks incluidos, lo convierten en un reloj emocionante y lleno de suspense». Según Collider «todavía no puedo entender el hecho de que este es el debut como director de Gaztelu-Urrutia (…) es una visita obligada la que probablemente terminará siendo uno de las mejores películas de terror de 2020».