La película de la semana: El hilo invisible
Los nominados para la 90ª edición de los Premios de la Academia fueron anunciados el pasado martes, y la película de Paul Thomas Anderson El hilo invisible se ha colocado como una de las favoritas, con seis nominaciones, incluyendo Mejor Película, Mejor Director (Paul Thomas Anderson), Mejor Actor (Daniel Day-Lewis) y Mejor Actriz de Reparto (Lesley Manville).
Ambientada en la década de 1950 en Londres, El Hilo invisible está protagonizada por Daniel Day-Lewis, un reconocido diseñador de modas que hace vestidos para mujeres adineradas y realeza.
La idea de trabajar de nuevo con Daniel Day-Lewis- en la que va a ser su película de despedida como actor- era tan firme, que se convirtió desde un principio prácticamente en un trabajo de colaboración, según el mismo director comentaba hace unos meses en la presentación oficial de la cinta: «Le conté (a Day-Lewis) un poco sobre la historia que estaba cocinando y acordamos que compartiría la escritura con él a medida que avanzara. Porque también requería investigar este mundo de la costura (…) Investigamos juntos» El seis veces nominado al Oscar ha citado a maestros como Alfred Hitchcock, y más concretamente Rebecca y Vértigo como su referencia cinematográfica inmediata en su última obra, mientras que su inspiración en los personajes viene de diseñadores icónicos como Christian Dior y Cristóbal Balenciaga. Curiosamente, Anderson filmó la película completamente, por lo que no existe un director de fotografía acreditado en el proyecto,y, por lo tanto, no ha podido ser nominado por la Academia en esta categoría.
A pesar de haber recibido críticas excelentes con carácter general, parece que los medios se han vuelto tan escrupulosos como el protagonista principal. Para Observer «Tan impecablemente manufacturada y bella como es, bajo un escrutinio minucioso, es una decepción, tan elusiva como su título sin sentido». Para Entertainment Weekly «al igual que todas las películas de Anderson -las mejores Boogie Nights y Magnolia- está meticulosamente diseñada, visualmente suntuosa, impecablemente actuada y muy, muy directa. Pero hasta el acto final, este estudio de personaje es bastante suave: emocionalmente remoto, demasiado estudiado y más para admirar que para rendirse y desmayarse ante él». Reelviews resume «la sucesora de Paul Thomas Anderson a Inherent Vice de 2014 un poco como una mezcla de Bergman y Hitchcock, sin el brío de este último ni las sutilezas del primero». Para Washington Post, sin embargo, «Si El Hilo invisible no es exactamente un triunfo narrativo, se las arregla para ofrecer, especialmente, una inquietante evocación de la avidez, el apetito y la búsqueda estética en su punto más enrarecido».