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La película de la semana: Drive my car


Se estrena la película japonesa coescrita y dirigida por Ryūsuke Hamaguchi, flamante ganadora del Globo de Oro a la mejor película internacional.

Después de que la película de Ryusuke Hamaguchi, Happy Hour, atrajera la atención en 2015 en el Festival de Cine de Locarno y la continuación, Asako I & II o la «saga» Sentidos,  que se desarrolló en tres películas -y cinco segmentos- fuera nominada a la Palma de Oro en 2018,  el director japonés regresó en 2021 con dos películas: Guzen To Sozo (La rueda de la fortuna y la fantasía) y Drive my car. La primera ganó el Gran Premio del Jurado del Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín en marzo, y el drama Drive My Car recibió el premio al mejor guión en el Festival de Cine de Cannes de este año en julio. Por si fuera poco, Hamaguchi también coescribió el thriller de época Wife of a Spy del director japonés Kiyoshi Kurasawa, que ganó el premio al mejor director en el Festival de Cine de Venecia de 2020.

Hamaguchi, quien coescribió también el guión de la película con Takamasa Oe, cimentó su argumento principalmente en el cuento del mismo título de la colección de cuentos de 2014 Hombres y Mujeres de de Haruki Murakami. Previamente ya habíamos encontrado algunas adaptaciones de Murakami en películas como Norwegian Wood, basada en la novela del mismo título- y de nuevo con título de una canción de los Beatles- y la más conocida Burning, drama surcoreano dirigido por Lee Chang-dong y cuyo origen encontramos en una de las historias de El Elefante desaparece. En el guión de Drive my car también hay elementos de otras historias de Murakami, Scheherazade y Kino, ambas también de la misma colección. La película se iba a localizar originalmente en Busan, Corea del Sur, pero se cambió a Hiroshima debido a la pandemia de COVID-19.

La cinta se encuadra dentro del género de road movie-curiosamente uno de los pocos géneros en los que más han coincidido casi todos los grandes directores- que ha generado tantas obras maestras dentro y fuera de Hollywood, y, también, más de una película de culto. Una de las primeras fue Sucedió una noche de Capra de 1934, primer filme en ganar además los cinco principales premios de la Academia, seguida de la adaptación del libro de Steinbeck Las uvas de la ira de 1940, que le valió a John Ford el Oscar a la mejor dirección. El período de mayor desarrollo del género tuvo lugar a partir de los años 50 y, prácticamente sin interrupción, hasta la actualidad: El demonio de las armas (1950), El salario del miedo (1953), La Strada (1954), Te querré siempre (1954), Fresas salvajes (1957), La escapada (1962), Dos en la carretera (1967), Easy Rider (1968), Llueve sobre mi corazón (1969), Carretera asfaltada en dos direcciones (1971), Malas tierras (1973),  El espantapájaros (1973), Alicia en las ciudades (1974), Stranger Than Paradise (1984), Paris Texas (1984), Rain Man (1988), Corazón Salvaje (1990), Thelma & Louis (1991), Mi Idaho privado (1991), El Sabor de las Cerezas (1997), Una historia verdadera (1999), El verano de Kikujiro (1999), Casi Famosos (2000), Y Tu Mamá También (2001), Entre copas (2004), Little Miss Sunshine (2006) o, más recientemente, Nebraska (2013) y las oscarizadas Green Book (2018) y Nomadland (2020)

¿Volverá Japón a competir- algo que se da ya prácticamente como seguro- y, sobre todo a llevarse el Oscar a mejor película internacional? El país ganó en 2008 con Departures (Despedidas), después de un largo período- más de 50 años- a pesar de haber obtenido la preciada estatuilla durante dos años consecutivos por Gate of Hell (La puerta del infierno, 1954) y Samurai, The Legend of Musashi (1955),  después de su debut con  la obra maestra del cine nipón Rashomon (1951) de Akira Kurosawa.

Para Los Angeles Times «casi todas las escenas de esta película ricamente novelesca (…) están repletas de ideas sobre el dolor y la traición, la naturaleza de la actuación, la posibilidad (e imposibilidad) de la catarsis a través del arte y la simple dicha de ver volar las luces y los paisajes. más allá de la ventanilla de tu coche». The Guardian la compara con la filmografía anterior del director:«Donde una vez el lenguaje cinematográfico de Hamaguchi me pareció al nivel de juegos mentales, ahora asciende a algo con pasión e incluso una especie de grandeza». Según Washington Post «suceden muchas cosas aquí, sin embargo, el director maneja la constelación de temas y la emoción arrebatadora de la película con una seguridad impecable y, en ocasiones, un sentido poético impresionante». Para TIME «es tierna como una tormenta: solo después, después de haber dado tiempo para que sus ideas se asienten, se vuelve clara su imagen completa.Es el tipo de película que hace que todo se sienta limpio, un suave empujón de aliento que sugiere que no importa cuán cansado te sientas, puedes seguir adelante en el mundo». Finalmente, Wall Street Journal lo tiene claro «Lo que es se puede resumir en una palabra que a menudo se usa vagamente pero aquí encaja: una obra maestra, una creación misteriosamente cautivadora que te mantiene adivinando hacia dónde se dirige, y luego revela su esencia con una claridad asombrosa».

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