La película de la semana: Bird
Se estrena la nueva cinta de la directora británica Andrea Arnold, responsable de Fish Tank y American Honey, entre otras.
Bird sigue a Bailey (Nykiya Adams), una niña solitaria de 12 años que vive con su padre soltero Bug (Barry Keoghan) y su hermano mayor Hunter (Jason Buda) en una casa ocupada en Gravesend, Inglaterra. Bug no tiene mucho tiempo para sus hijos y los deja solos la mayor parte del tiempo. Mientras Hunter lidia con el drama en su relación, Bailey, al borde de la pubertad, se propone encontrar atención y aventuras en otro lugar, todo mientras intenta asumir la responsabilidad del bienestar de sus otros medios hermanos.
El género urbano británico comenzó a surgir desde el kitchen sink drama, subgénero del cine británico cuyos protagonistas generalmente podrían describirse como «jóvenes enojados» que estaban desilusionados con la sociedad moderna, un estilo que ha continuado en el trabajo de otros directores británicos más recientes como Ken Loach y Mike Leigh. Encontramos ejemplos en Billy Liar (1963), que pertenece a la new wave británica, inspirada a su vez en la nouvelle vague francesa y en Bronco Bullfrog (1969), una cinta en gran medida improvisada y que utilizó un elenco de actores no profesionales, mientras que Babylon, estrenada en 1980, era un retrato incendiario de tensión racial y brutalidad policial ambientado en Brixton, Londres. El momento culminante del subgénero llegó con Trainspotting, la cinta de 1996 dirigida por Danny Boyle y basada en la novela homónima escrita por Irvine Welsh, que se estrenó con gran éxito de crítica y público, hoy considerada una de las mejores películas de la década de 1990 y con su BSO un fenómeno de la cultura pop. También logró una enorme popularidad en 2006 This Is England, la historia de un adolescente inadaptado durante sus vacaciones de 1983, tanto fue así que tuvo hasta tres secuelas en forma de serie, mientras que el excelente thriller Harry Brown (2009), Michael Caine interpretaba el papel de un militar jubilado en medio de un barrio estigmatizado por las drogas y el crimen. Por otro lado, el hood film, género cinematográfico de la década de 1990 originario de los Estados Unidos que presentaba aspectos de la cultura urbana afroamericana o hispanoamericana, perdió fuelle en su país pero curiosamente se revitalizó en Reino Unido a principios de los 00s, con Bullet Boy, de 2004, generalmente reconocido como el primer ejemplo notable de una película de barrio británica y Kidulthood, estrenada en 2006, a la que se le atribuye la popularización del género cinematográfico, que dio lugar a una oleada de imitadores en los años siguientes.
Arnold ganó el premio del jurado en Cannes con Red Road (2006) un thriller sobre la obsesión de un operador de CCTV con un hombre de su pasado, y el premio BAFTA en 2007 al mejor director, guionista o productor británico novel por Red Road y con Cow (2021), un estudio detallado de una vaca lechera realizó un giro más explícito hacia el cine documental. En Fish Tank (2009) y American Honey (2016) la directora seguía la mayoría de edad de las mujeres en medio de familias con problemas y presencias masculinas dominantes, una línea que retoma en Bird. En la época de American Honey, Arnold fue contratada en EEUU para dirigir cuatro episodios del drama queer de Prime Video, Transparent, ganador de un Emmy, y cuatro episodios de I Love Dick, aunque su gran exposición fue para encargarse de toda la segunda temporada de Big Little Lies, la comedia dramática glamorosa y moderna protagonizada por Reece Witherspoon, Nicole Kidman y Meryl Streep. El cine de Andrea Arnold, donde los paisajes industriales de la clase trabajadora británica y estadounidense albergan historias de jóvenes desafiantes y privados de sus derechos, se define por su gran intimidad. En todas sus películas, Arnold es conocida por dar a sus actores un control casi total en la creación de sus personajes.
Para Los Angeles Times «Si es demasiado pedirle a Arnold que su apuesta por un mayor naturalismo tenga mucho sentido, Bird al menos mantiene un latido de dolor y afecto por la juventud en toda su rudeza». Según TIME «Esto es lo que Arnold sabe capturar tan bien: personas que simplemente hacen lo mejor que pueden, lo que a menudo significa que superan todas las expectativas sin siquiera saberlo. Su generosidad hacia sus personajes es también generosidad hacia nosotros. Ella no nos entrega nada, aunque nos lo da todo». Y para The New York Times «Hay una gran cantidad de actuaciones encantadoras en Bird, incluida Adams, quien mantiene unida la película al adquirir lentamente ternura a medida que avanza. Pero los dos polos de la película son Rogowski y Keoghan, quienes irradian energías precisamente opuestas». Según Vulture «Bird es el largometraje más reciente de Andrea Arnold, su primera película con guión desde la odisea de la carretera estadounidense de 2016, American Honey, y ofrece una mezcla entrañable y desgarbada de lo valiente y lo mágico». El local The Guardian no está tan impresionado, «medita sobre la identidad y la pertenencia, la intensidad de no ser valorada, no ser vista, la transición de la niñez a la edad adulta, de la niñez a la mujer, el sexismo y la crueldad. La energía y el sincero buen humor compensan los momentos de cliché e inverosimilitud». Y para Enterntainment Weekly «al igual que las mariposas y los focos de belleza natural que atraen a Bailey, hay destellos de potencial en Bird. Pero nunca logra despegar del todo, lo que hace que su provocativa conclusión sea más discordante y confusa que reveladora».