Los valencianos La habitación roja debutaron en su nueva compañía, Mushroom Pillow, con un EP de edición limitada de versiones de los grupos Paraiso, La Dama se esconde, Los Navajos y La Mode: Para tí vol. 1 (Mushroom Pillow, 2004). Tras la publicación de este compacto, el primero de toda una serie de grabaciones de covers, el grupo marchó en octubre a Chicago para grabar su cuarto largo con el productor Steve Albini (conocido por sus trabajos con Nirvana o Pixies). El resultado es el disco del que ahora nos ocupamos: Nuevos tiempos (Mushroom Pillow, 2005).
Nueva compañía y nuevo manager, pero poco más. Se ha dicho que en este álbum aparece el “puntito de mala leche” que les faltaba -que puede ser-, pero realmente nos encontramos con doce canciones con la marca inborrable de La habitación roja. El disco es algo más guitarrero, y la producción de Albini se percibe, sobre todo, en el sonido de las baterías. Tras escuchar su primer single, Scandinavia, podría parecer que el grupo sí que ha cambiado de forma notable en relación con sus anteriores trabajos.
Pero la duda se disipa tras oir el segundo corte, el que precisamente da nombre al CD: Nuevos tiempos, toda una declaración de intenciones de la banda. Frases como “porque esto empieza a funcionar” o “por fin los nuevos tiempos han cambiado” parecen indicar el buen estado del grupo: han tenido una importante repercusión en todo tipo de medios de comunicación y a la semana de la publicación del disco entraron en el puesto 32 de la lista de los más vendidos en España.
Pero volviendo a la música, podemos apreciar un gusto por la sencillez y crudeza en el sonido de canciones como Por ti o El eje del mal, una combinación que se descubre la principal virtud del grupo y que hace más accesibles las canciones de La habitación roja. Si en temas como Gran turismo o Van a por nosotros encontramos las reminiscencias del indie patrio al uso, en Rocanrol nos sorprenden con el juego de voces a lo largo de cada estrofa (canción que, para mi gusto, está demasiado “oculta” o difuminada tras distorsiones y ruiditos) o la pegadiza intro de Los últimos románticos.
Parece que el grupo ha entrado en una buena racha que están sabiendo aprovechar. Les avala la crítica (como decíamos, con presencia contínua en todo tipo de medios de comunicación, sea o no de especialización musical) y público, con un éxito de ventas que parece se trasladará a la gira de presentación del disco -en el primer concierto, en Madrid, se agotaron todas las entradas-. Como ellos mismos decían: “esto empieza a funcionar”.
