La figura de Kurt Vile, guitarrista de The War on Drugs, llamó la atención en toda la blogosfera en un primer momento y atrajo a compañías discográficas, siempre al acecho, tras la publicación de dos discos en pequeños sellos: Constant hitmaker, que incluía la contagiosa Freeway, y God is saying this to you, con Beach on the Moon como mejor baza. Y no sabemos si ha sido por las prisas de su nuevo sello, Matador, por lanzar a su brillante fichaje en la plenitud de su éxito en la red, o por las prisas del propio músico por publicar sus nuevas composiciones, pero lo cierto es que el resultado no se ha correspondido con las expectativas que despertaba.
No cabe dudar de su personal estilo marcado por una voz en reverb bajo unos acordes de guitarra obsesivos. Lo que falla es que a pesar de ser un disco más variado que los anteriores, resulta en exceso deudor de los grandes: Bob Dylan y su característico fraseo (Freak train, Heart attack), Tom Petty (Monkey, la canción más inspirada del álbum) o incluso Neil Young con sus Crazyhorse (Hunchback). Incluso con el acompañamiento de su banda, The Violators, Vile no abandona su particular sonido lo-fi -para lo bueno y lo malo- y se echa en falta un puñado de buenas canciones que completen ese gran disco que todos estábamos esperando.
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