King Crimson es una de esas bandas que, al poco de su irrupción, primero impresionaron a los músicos de su generación y, posteriormente, llegaron al gran público. De hecho, fueron invitados de honor de los Rolling Stones, cuando la formación solamente contaba con seis meses de vida, para actuar en el festival gratuito de Hyde Park de Londres, en julio de 1969. En el mes de octubre se publicaría su debut. «Es alucinante», señala ahora Robert Fripp, «que cuando se grabó el disco la banda llevase en activo apenas nueve meses», tras haber sido fichados por Atlantic Records: se dice que Ahmet Ertegun tomó la decisión al escucharles en la primera toma. Para publicitar el disco, a Atlantic le bastó con poner las palabras que el guitarrista Pete Townshend le dedicaba antes de su publicación:
«Una extraña obra maestra. Una extraña obra maestra. ¿Títulos? ¿Títulos de canciones? Podrías saberlo mejor que yo, pero me guardo un as, ya que tengo el disco muchas semanas antes de que haya salido. Qué fantástica la sensación cuando camino por la habitación y digo: ‘¿no lo has oído todavía? ¡Qué pena! Porque yo ya lo he escuchado y es una maravilla (…)’. Son los solos de guitarra fuera de control que cuidadosamente te gritan pero no desperdician ninguna nota. Silenciosos golpes de batería y un millón de melotrones sangrientos vuelan y lloriquean como sirenas bajo un desfiladero (…). Baterías que golpean e inhalan, enigmáticos instrumentos de viento, una voz con ecos de zombi canta. Es tiempo de consumirse y expandirse (…). Un amigo me oye desde la otra habitación y me pregunta: ‘¿es otro disco de los Who?’ Le contesto, por un lado avergonzado, que no, aunque por otro estoy contento. Este grado de intensidad es música, no es rock. 21st Century Schizoid Man suena sin parar un billón de veces, y cuanto más la escuchas, un billón de veces más te produce el mismo impacto. Tiene que ser el riff más salvaje que se ha grabado en un vinilo negro desde la Sinfonía nº 8 de Gustav Mahler. Un chaval americano llega y me comenta: ‘ésos sí que son músicos de verdad’. No sé dónde mirar. Nunca estuve más de acuerdo».
In the court of the crimson king rompió los moldes del rock al incorporar influencias tan variadas como el jazz o la música clásica en sus canciones, largas piezas creadas por Robert Fripp que dejaban la guitarra en un segundo plano, adornadas con textos poéticos y mitológicos compuestos por Peter Sinfield. Fue el inicio del rock sinfónico y progresivo y posterior influencia de bandas como Yes o Genesis, que incluso tuvieron mayor éxito que King Crimson, seguramente debido a los constantes cambios en el grupo.
«Para mí», señala Steve Wilson, de Porcupine Tree, «fue el inicio verdadero del rock progresivo. Sí, es cierto que antes hubo otros discos; Sgt. Peppers o Days of future passed de Moody Blues tienen trazos de rock progresivo, pero es en In the court of the crimson king donde surge la gran aventura en la que convergen un mismo sentido conceptual, ambiciosos sonidos experimentales y una gran labor de composición en un mismo disco (…). Con King Crimson hallas una banda que por primera vez da un paso más en la búsqueda de ese sonido».
Con todo, el disco produjo ya una gran expectación antes de su publicación, tal y como señala Fripp: «al impacto contribuyó en gran medida la portada encargada a Barry Godber, que fue solicitada personalmente por el mismo letrista, Peter Sinfield», y que hoy es símbolo de toda una época. El disco sería el primero y el último de Sinfield y Fripp con Michael Giles, Ian McDonald y el vocalista Greg Lake, que llegaría a formar parte al año siguiente del trío Emerson, Lake & Palmer. El álbum, que llegó al Top 5 de la lista británica y al 28 en la americana, y que les llevó de gira por Estados Unidos, cumple un especial 40 aniversario este mismo año con su reedición y masterización a cargo de Steve Wilson, supervisada por Robert Fripp, así como con la inclusión de material inédito, notas de grabación y tomas alternativas. Una oportunidad más para hacerse con esta obra maestra, esta extraña obra maestra.
2 comentarios