Kathryn Williams – The quickening
Kathryn Williams se convirtió en una de las primeras revelaciones de la década al ser nominada al premio Mercury con su segundo álbum Little black numbers (2000), aunque el que hizo más popular a la cantante de Liverpool fue seguramente su disco de versiones Relations (2004), que incluía recreaciones de clásicos de Nirvana, Big Star o Neil Young. Su ya octavo disco, The quickening (One Little Indian, 2010), lo grabó en apenas 4 días al norte de Gales con unos músicos, pertrechados de todo tipo de instrumentos más o menos exóticos (marímbulas, xilófonos), que no habían escuchado las canciones de Williams antes de llegar al estudio.
En 50 white lines -cuya letra se centra en los pensamientos del músico mientras cuenta las líneas blancas de la carretera-, Wanted and waiting, Just leave o, sobre todo, la preciosa Noble guesses -con una perfecta mezcla entre Joni Mitchell y Rickie Lee Jones-, encontramos algunas de las mejores composiciones que ha realizado en su carrera, en un disco con el que podemos constatar que estamos ante una artista en permanente ascenso.