Josh Rouse – Nashville
1972 es un disco sublime, probablemente una obra maestra que requerirá de cierto tiempo y distancia para su reivindicación como tal. No caben innecesarias comparaciones que sin duda llevarían a hacer menosprecio de una obra con sobradas razones para su reivindicación, pues Nashville es un álbum homogéneo, luminoso y jovial. Contiene además extraordinarias piezas musicales que ponen de relieve la magistralidad creativa de un autor cuya delicadeza prescinde de ornamentales aportes. Josh Rouse es aquello que la mayoría de músicos aspiran a ser; alguien capaz de desnudar las canciones hasta quedarse lo esencial de ellas.
De nuevo con la producción de Brad Jones, Rouse da rienda suelta a cierto aire nostálgico hacia la tierra que le acogiera antes de mudarse a Altea, Alicante (imagen de portada del disco). El susurrante Soul que impregna el disco y mayormente las letras que visten las melodías, justifican y hacen comprensible el título que otorga a su último trabajo. Parece haber sabido sacar jugo de sus recuerdos para, desde la distancia, hacer un homenaje con afecto a una tierra poco propicia a despertar la inspiración artística.
Da inicio con el primer single, It’s the nighttime, una canción jovial que desprende simpatía como lo hiciera Love vibration y que a pesar de alguna limitación en sus arreglos, seguro ganará enteros en directo. Winter in the hamptons, es un reconocido y muy logrado homenaje a The Smiths, a la par que una justificación a su huida We’ve stayed too long…, dice tras preguntarse, Where do we belong?. Middle School Frown, una canción de melodía reiterativa que recuerda con sus letras al Bruce Springsteen de los setenta. Saturday, Carolina, Streetlights… son todas ellas pequeñas joyas que pueden encontrarse a lo largo de las diez piezas que conforman el álbum. Pero si existe una canción esplendorosa, esa es Sad eyes, balada al piano que rememora los inicios y más altos estandartes de la música Pop. Bella, minimalista, desgarradora. La sencillez que sólo los grandes compositores convierten en magistral.
Un trabajo sobresaliente que se sitúa con humildad entre lo más destacado del panorama musical gracias a la genialidad de un compositor, nada cohibido por su legado artístico y complacido únicamente con sonsacar nuestra más tierna sonrisa.
Un comentario