Jono McCleary es uno de los últimos fichajes del sello Ninja Tunes. A pesar de que There is es ya su segundo disco, se le ha etiquetado, junto a debutantes como Jamie Woon o James Blake, entre la nueva ola de jóvenes músicos que mezclan el soul y el jazz con la electrónica. Mcleary reivindica en su sonido variadas influencias: Nick Drake, Jeff Buckley, Bill Withers o John Coltrane. Con ese bagaje, se atreve a salir de los límites del blues folk tradicional, introduciendo toques de jazz en la línea experimental que inició en su momento John Martyn, con cuya música aprendió a tocar la guitarra. Fruto seguramente de esa influencia jazzística es donde uno percibe cómo los arreglos de cuerda y la percusión no resultan meros acompañamientos de la voz: el violin, por ejemplo – en la excelente Tomorrow– ayuda a enfatizar los momentos más dramáticos. En otros –The Gymnopedist– la voz, la mejor baza sin duda del londinense, se convierte en el propio instrumento. There is es, por todo ello, una de las sorpresas ocultas más interesantes de la temporada.
