A estas alturas de la película, estoy totalmente convencido de que a la mayoría de ustedes ya no se la dan con queso y les pasa exactamente lo mismo que a mí: es oír hablar de un disco de “madurez” y tener ganas de salir por piernas para saltar sobre una cama de pinchos, como un faquir cualquiera. Pues vayan quitándose el turbante porque el amigo Joaquín Pascual ya está aquí para demostrar que sí existe eso de los discos “maduros”. Y si además lo haces en comandita con el gran Paco Loco, el resultado puede ser algo maravilloso.
El albaceteño, después de curtirse en mil batallas con Surfin Bichos, Mercromina , Travolta y Tortel, se ha olvidado de grandes artificios y mamarrachadas varias para regalarnos 19 canciones gigantes, en las que se desnuda sin complejos y nos adentra en su mundo. Un mundo con ciertos toques de costumbrismo y frases simples, que nos hace preguntarnos cómo llegamos hasta aquí. Y es que El ritmo de los acontecimientos (El Genio Equivocado, 2010) es un ritmo lento y dulce que nos transporta a las últimas horas de la tarde de cualquier día de verano, en el que el tiempo se escapa dulce por encima de nuestras cabezas, hasta el momento de volver a apretar el Play.
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