Espectacular concierto anoche de James Vincent McMorrow en la sala Joy Eslava de Madrid. El irlandés, que está presentando su segundo disco Post Tropical (Believe Recordings, 2014) con los galones de artista consolidado, dio la razón con un directo de casi dos horas a aquellos que ven en él una estrella en ciernes. Secundado por una banda con la que mostró mucha conexión pese a tocar con ellos desde hace poco, McMorrow desgranó sus dos trabajo mostrando un asombroso nivel de emotividad y pasión con el que enamoró al público desde los primeros compases de la noche. Temas de su primer álbum como Down The Burning Ropes, Breaking Hearts o From The Woods!!, que sonaron con muchísima fuerza y el aire folk de las cuerdas; y del segundo, como Red Dust, Post Tropical o Look Out, sofisticados y construidos para el lucimiento de una voz estratosférica.
Porque si algo caracteriza a este joven irlandés, más allá de la sensibilidad y el encanto de sus melodías, es una voz que no parece de este mundo. Canta con la misma aparente facilidad con la que los mortales hablamos, y ya sea sobre la electrónica limpia y basada en el teclado propia del Post Tropical, que sobre ritmos marcados por las guitarras, aparece siempre ese falsete como un faro en la oscuridad de la mar de fondo. McMorrow se llevó de la Joy Eslava un buen número de ovaciones más que merecidas, y el público un recuerdo imborrable de un concierto como dios manda. Con una puesta en escena elegante y muy cuidada, y la duración justa para entrar en la categoría de legendario, el directo de McMorrow es de esos que uno no debe perderse. Lo malo es que después de esta gira su nivel y su atractivo ya serán un secreto a voces.
