Ayer Springsteen comenzó en Barcelona su gira europea, el primero de los dos únicos conciertos que dará en nuestro país.
Casi en aniversario, el 21 de abril de 1981 el «Boss» visitó por primera vez Catalunya haciendo escala dentro de la gira de presentación del disco The River. Una exposición al Palau Robert recuerda aquella noche memorable con fotografías de Francesc Fàbregas. Con una formación de 17 miembros cargada Springsteen comenzó con un “Hola Barcelona, hola Catalunya”. El setlist se ha mantenido más o menos fiel al de la gira norteamericana, pero tras su versión del clásico Nightshift de los Commodores, se ha saltado el guión y, en lugar de su versión del Tapper de Jimmy Cliff, en Barcelona ha preferido recuperar su Human Touch. No por nada la canción fue nº1 en España, el primero desde Janey, Don’t You Lose Heart seis años antes. Ayer Springsteen la tocaba por primera vez en seis años.
Uno de los momentos más emotivos fue recordando su amigo George, con quien formó su banda de rock y que murió de un cáncer de pulmón, con Last Man Standing, él y su guitarra acústica, solos en el escenario y Barry Danielian en la trompeta. Tras éxitos como Badlands, The Rising o Thunder Road, los bises llegaron con sorpresa. Tras los ineludibles Born in the U.S.A. y Born to Run se arrancó con Glory Days, acompañado en los coros nada menos que por Patti Scialfa, Michelle Obama & Kate Capshaw. Tras Tenth Avenue Freeze-Out, con fotos de Danny Federici y Clarence Clemons, el concierto acabó con I’ll See You in My Dreams y un «Buenas noches, Barcelona. Os queremos», sabiendo que habría partido de vuelta.
