Los Alt-J eran cabeza de cartel del primer día del festival lisboeta, que tuvo lugar los pasados días 7 y 8.
Noche de niebla en Lisboa, que se iba despejando poco a poco y se confundía con el humo de los atiborrados puestos de las castañas. La formación de Leeds, totalmente desconocidos hace un año, prácticamente desconocidos hace seis meses, con un flamante debut premio Mercury al disco del año (An awesome wave, Infectious Music, 2012), llegaba por primera vez a Portugal por la puerta grande, con un lleno absoluto en el Teatro Tivoli de la Avda de la Liberdade, y dejando a mucha gente en la puerta con ganas de disfrutar de su directo.
Joe Newman, Gwil Sainsbury, Thom Green y Gus Unger-Hamilton fueron recibidos con los gestos del triángulo que representa su nombre, como una simbólica apertura de la sombría sesión de una secta clandestina. Entonan a capella Interlude I (The Ripe & Ruin). Ahí se suceden todos los éxitos de su primer disco: Tessellat, Breezeblocks, Something good, la nueva, Buffalo, de la banda sonora de Silver Linings Playbook, que tenga posiblemente bastante papeletas en la próxima edición de los oscars, Fitzpleasure, Matilda y cierran con un coreado Taro, la canción dedicada a la fotógrafa alemana Gerda Taro y que seguramente fuese la más aplaudida de la noche.Abajo, interpretan su nueva canción por primera vez en la gira:
