Harvey Milk
Harvey Milk fue uno de esos pequeños héroes que no aparecen en los libros de texto y que, sin embargo, merecen toda nuestra atención. Y aquí es donde Gus Van Sant eleva la figura del primer congresista gay de la historia de EEUU a la categoría de mártir para que no olvidemos que hace apenas de unas décadas, en el país más avanzado del mundo, te podían quitar la casa y el trabajo solo por tu orientación sexual. El cineasta deja a un lado el discurso más experimental de sus últimos films y factura un biopic de corte clásico que nos acerca a un personaje lleno de una vitalidad encomiable y unas convicciones a prueba de fuego, excelentemente interpretado por un Sean Penn que se convierte, una vez más y con permiso de Daniel Day-Lewis, en el mejor actor a nivel mundial de los últimos quince años.
Arropado por un gran elenco de secundarios, destacaríamos a James Franco y Diego Luna, actores que poco a poco se están haciendo un hueco entre los grandes del celuloide. Con un final un bastante sensiblero y lacrimógeno de los que tanto gustan a la Academia, la cinta ha cosechado ocho nominaciones a los Oscar. Y es que, como repite en cada uno de sus discurso nuestro protagonista: mi nombre es Harvey Milk y vengo a reclutaros.