Gonjasufi – A Sufi and a killer
Gonjasufi no es solamente la última estrella invitada en el iPod de Thom Yorke. En esa fina línea que separa lo epatante de lo auténtico, Sumach Valentine, el profesor de yoga que vive en el desierto de Mojave, al menos ya sienta unas bases sólidas de partida para grabar sus discos, en la forma en la que lo hicieron algunas de sus mayores y más legendarias influencias: “escuchas a Miles Davis, Charlie Parker, y puedes sentir el sonido del humo del cigarrillo. Cuando escucho a Billie Holiday puedo sentir que estoy en esa habitación…”. Esas premisas se conjugan, por otro lado, con la utilización de instrumentación folk y psicodélica de los 60 (Sheep, Ageing) y samplers de todo tipo (¡Las Grecas, sí! en Kowboyz & Indians), alternándose con cantos hindúes en 19 canciones en las que no deja de depararnos alguna que otra sorpresa como elementos punk (a lo Stooges en SuzieQ) y que no riñen con la pista de baile (Candylane).
Envuelto en un tono místico y con letras en cierta forma chamanistas (en Sheep señala que a veces es necesario quedarse quieto y silente como una oveja esperando que los leones se devoren entre ellos), en A Sufi and a killer (Warp/Pias) podríamos hallar a un equivalente a un Gil Scott-Heron del siglo XXI -si es que alguna vez el citado dejó de estar de actualidad-, que emplea sus canciones con finalidad terapéutica y de alguna forma cicatrizante.