Fucked Up – The Chemistry Of Common Life
Las posibilidades del hardcore se veían remotas allá por sus inicios, los 80, pero a través de grupos como Fugazi, su discográfica Dischord o los más o menos recientes trabajos de At The Drive-In y The Blood Brothers, el estilo se va expandiendo un poco más, sin llegar a evolucionarlo hacia otro nivel pero estirándolo lo suficiente para que no resulte demasiado repetitivo. Y en este camino se sitúa el último trabajo de Fucked Up, The Chemistry Of Common Life (Matador, 2008).
El comienzo del disco es un tanto definitorio: una sola flauta durante un minuto introduce unas guitarras muteadas que explotan en un magma de velocidad no demasiado acelerado (para ser hardcore). Son the father demuestra el aprecio vocal de Damian Abrahan (alias Father Abraham, cantante) hacia Henry Rollins y sus Black Flag, con los gritos y rugidos propios de la escena americana. Pero a diferencia de la época aquí se aprovechan otro tipo de arreglos vocales, como los coros de Black albino bones, embelleciendo el estribillo del tema de manera notable, o atreviéndose a incluir una cantante simultánea en Royal Swan, sin gritos pero con un tono agudo penetrante en un tema que escapa de la velocidad y se deja arrastrar por las capas guitarreras del grupo.
Ahí está la otra parte destacada del álbum, las capas de guitarras. Intuyendo el apreciado gusto por el shoegaze, los de Toronto (Canadá) declararon hace no mucho la audición de discos como Loveless (Sire, 1991) o Dark Side Of The Moon (Capitol, 1973) durante la grabación del álbum, lo cual hace prever el tipo de arreglos instrumentales que han podido incluir en este nuevo trabajo. Y es que fue el guitarrista Mike Haliechuk (alias 10000 Marbles) quien introdujo las mil y una guitarras que acompañaron a las iniciales demos que el grupo grabó en la carretera estando de gira, lo que le da un toque de producción de mayor calidad, sin el que el post-hardcore de la instrumental Golden Seal no habría brillado como lo hace. Éste tema, junto con Looking for god o No epiphany, demuestra la diferencia entre Fucked Up y el hardcore de hace más de veinte años; el tratado del ritmo, de la producción y, sobre todo, de las guitarras. Pese a la cantidad de pistas que se intuyen hayan utilizado, el sonido no resulta excesivo ni sobrado de grandilocuencia, sino que están tratadas de manera que consiguen expulsar una fiereza graduada según las necesidades de cada tema.
Por supuesto que en la mayoría del álbum Father Abraham se desgañita, consiguiendo junto con el resto de integrantes canciones de tanta calidad como Crooked head, la ya mencionada Son the father o esos instrumentales guitarreros que oxigenan la rabia tan bien distribuida de este The Chemistry of Common Life. Así da gusto recordar viejas épocas rejuvenecedoras.
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