Frank Turner – Poetry of the deed

No es el primer caso que nos encontramos en que músicos pertenecientes a bandas marcadamente punk, o punk-hardcore, como es el caso de Tom Gabel de Against Me, suelen salir bien parados en sus aventuras folk en solitario. Tal vez porque la estructura de sus creaciones personales no casa con la relativa rigidez de sus respectivas formaciones, el caso es que con esa combinación punk-rock, unida al sonido folk-pop, Frank Turner también da en la diana.

Este músico inglés, aunque nacido en Bahrein, ex vocalista de la banda Million Dead, publica ya su tercer álbum (Xtra Mile Recordings / Epitaph Records), que no es más que la exposición del catálogo de algunas de sus máximas vitales. Así, en Live fast, die old, o en la canción que titula el álbum, analiza la controversia entre la ineludible madurez y el romanticismo de la juventud. En Try this at home -no sé si un guiño al título del álbum de Billy Bragg, otra de las figuras que empapa su música- exhorta a la gente, en esa continua invitación a ser protagonistas de nuestras vidas, a sentarse sin miedo a escribir canciones. Con la incorporación del piano en The fastest way back home nos acerca al Jackson Browne en su plenitud, mientras que en The road alcanza los momentos más comerciales -no por nada es el single– con un estribillo al estilo (anodino) de This is the life de Amy McDonald. Con Faithful son recuerda a su también admirado Bruce Springsteen, con unas emotivas letras dedicadas a sus padres (“Madre, no bromeaba cuando te decía que iba a dedicarme a esto hasta que me muriera”). Con Our lady of the campfires, una de las mejores canciones, llega el lado más épico del álbum (“Corinna cabalga como Boadicea esta noche; Londres tiembla a su vista”), que se cierra con la canción más sobria, Journey of the Magi, inspirada en un poema de T.S. Elliot. Un disco meritorio y una figura en ascenso, que toma ya la alternativa ante los grandes músicos en los que se ha inspirado.