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FIZ FESTIVAL’06 – (Zaragoza, 07-10-06)

La sexta edición del Festival de Música Independiente de Zaragoza prometía mayores alicientes que otros años, dando un positivo paso hacia delante en cuanto a cartel, lo cual esperemos que ayude a que el festival crezca y se desarrolle en los próximos años. Y es que el público respondió, abarrotando la Sala Multiusos de Zaragoza con más de 3500 personas que no se anduvieron contemplando los conciertos a lo largo de la noche, sino que bailaron y se desfogaron en su totalidad (sobre todo en el concierto estrella).

Para ir abriendo boca, tanto los locales Tachenko como Lori Meyers sacaron el lado más pop/rock de la noche, con una cara más roquera de lo habitual en los zaragozanos. Y los granadinos, con ese toque melódico tan característico, fueron desgranando las joyas pop, tanto de su Viaje de estudios (Houston Party Records, 2004), como de su más reciente Hostal Pimodan (La Incubadora, 2006). Quizá hubo controversia entre el público ante esta disparidad de sonidos, si tenemos en cuenta el un tanto meloso pop de los dos grupos que abrían el festival y el hedonista y directo electro de los otros dos que lo cerraban, Cycle y The Prodigy. Aunque sin duda se agradece un cartel más ecléctico que uno más lineal.

Una vez cerrado ese lado más pop/rock de la noche, entraron los madrileños Cycle y el auditorio se empezó a llenar, comenzando a respirarse esa fiesta electrónica que se preveía para la edición de este año. La Chica Patino y los suyos demostraron que el directo es el medio donde quizá mejor encajen sus canciones, ya que sus discos no es que se queden en la mediocridad, pero su sonido sí que seduce mucho menos en un CD que de cara al público. Desde el tecno-pop hasta el electro-rock, Cycle exprimieron esa faceta ochentera un tanto sombría y potente, típica de su sonido, utilizando los inevitables sintetizadores junto con unas siempre cortantes guitarras. Destacaron las hasta tres versiones de su hit Confusion, que fue el momento de mayor atención y movimiento del público asistente. El sonido mejoró considerablemente en comparación al que se escuchó con los granadinos Lori Meyers. Quizá la mayor experiencia internacional de Cycle se note en estas situaciones.

Y por fin llegó el momento más esperado de la noche, con un Dj Emceemismado (DJ residente de la sala Morrisey) haciendo las labores de introducción y cierre del concierto de The Prodigy. La sala se abarrotó y el público empezó a introducirse con mayor afán en el concierto. Envueltos por un escenario de lo más «guerrero», con el Tower Bridge de fondo, banderas piratas con el logo de The Prodigy y un cubículo semejante al avión de combate Spitfire de la Segunda Guerra Mundial, los británicos salieron en tromba con una actitud completamente arrasadora. Desde la inicial Breathe pudimos sentir el abrasador ritmo que nos invadiría toda la noche. Los hits fueron cayendo uno tras otro, desde ese sonido inicial más relacionado con el techno y las raves, hasta el big beat con actitud punk que les catapultó a la fama en todo el mundo. El público, totalmente entregado, se volcó con el grupo desde el principio y se desfogó especialmente con los himnos de su aclamado The fat of the land (XL Mute, 1997), sobre todo con Smack my bitch up y Firestarter. Como tema de cierre utilizaron el mismo que en Monegros, el Out of Space con el famoso reggae coreado por el público. El sonido destacó por su limpieza, pese al alto volumen que exigían los de Essex.

Edición esperanzadora la de este Festival Independiente de Zaragoza, con un cabeza de cartel que demostró que, pese a no despuntar con su último disco, siguen manteniendo la actitud tan demoledora y vibrante de sus inicios.

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