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Fira Fem (Moby Dick, Madrid, 15-12-2012)

Habemus banda.

Puede que haya una relación inversamente proporcional entre el número de conciertos de fin de semana y el de las cenas de navidad de empresas, grupos de amigotes o derivados. Parece como si al encenderse los adornos y luces de las calles mayores, y al poner los reponedores el turrón en El Corte Inglés, todos los músicos del mundo arriaran velas y emprendiesen el camino de vuelta a sus respectivas casas. Las agendas nos dan una tregua; es normal. Pero el caso es que mientras los alrededores de la madrileña sala Moby Dick hervían de esa atmósfera pre-nochevieja de ostentación y (a veces) falsa alegría, típica de estas fechas, se celebraba en ella precisamente el que ha sido, por lo menos para mí, el último concierto del año: Fira Fem, una de las grandes apuestas de futuro del sello Aloud Music en este 2012.

Ahora es el momento de echar el cierre y pasar revista a los últimos 12 meses; salen las listas de los mejores discos, internacionales y nacionales, las mejores canciones, los mejores directos, y en unos días, vuelta a empezar. Otro año más. Pero, desde luego, para los chicos de Fira Fem no ha sido un año como otro cualquiera: quemando etapas a ritmo acelerado en su proceso de madurez y consagración simultánea, han fichado por Aloud, un sello con pasado, presente, futuro, y una filosofía, cosa que no abunda, han publicado su primer Lp, Aedificatoria (Aloud Music, 2012), muy bien acogido por la crítica, y han ido curtiendo sus tablas con actuaciones como la del Dia de la Música de Heineken, en junio, la del Dcode en septiembre, la de La[2] de Apolo, el mes pasado, o la de ayer mismo de Moby Dick: escenarios con carisma.

La banda la conforman Óscar de la Fuente (guitarra y voces), Manuel Cachero (guitarra) y Luis Casquero (batería), más un cuarto que hace las veces de bajista errante en los directos. Los tres, además, echan mano de sintetizadores y programadores, añadiendo un perfil ciertamente electrónico a la ya de por sí rica estructura y al relleno de sus obras. En ese sentido, Fira Fem podría destacar en un futuro no muy lejano, no solo por el interesante trabajo melódico y ambiental en que sustentan su música, sino también por el elevado grado de experimentación y manipulación psicoactiva que practican sobre sus propias partituras. Ayer, ante una sala bastante llena que, como siempre, ofreció una acústica notable, se sintieron cómodos en esa faceta que tanto les gusta: crear tocando.

Y lo digo porque, a parte de enseñarnos y testear en directo un tema en el que aún están trabajando, Helicopter, se nota que su música vive y se nutre forzosamente de las propias sensaciones que suscitan en ellos uno u otro tema en particular cuando los interpretan sobre un escenario. No es gente que se remita a un trabajo concluido, porque mientras la música siga fluyendo entre ellos, seguirán en eterna construcción. Sorprendió, por ejemplo, que pese a que ostentan vestiduras delicadas en detalles de factura acelerada, su contundencia extra no resultara desmesura cuando quisieron intensificar; el acabado matemático del pulso de Ladies Clap Gentleman; o los aires a Stereolab de We Like Yoghurt.

Esta última y Old Man’s Jacket fueron interpretadas a poco del final con la colaboración de Bikes & Girls, justo después de Cine Azteca, canción que abre el Cd y que es, por tanto, la presentación pública de su sonido. Para entonces ya habían excitado al público de Moby Dick con una palpitación sostenible, cálida y regada de pinceladas sonoras de buena familia, provenientes en su mayoría de un tratamiento del apartado instrumental bastante descarado y natural, pero también del tratamiento lo-fi de las voces. Se diría que en las capas de Fira Fem, de abajo hacia arriba, las mareas se van calmando: superficies cristalinas que no esconden fondos agitados, a veces convulsos, y en ocasiones, en directo, incluso algo encrespados.

El concierto no duró más de una hora, pero fue suficiente para empaparnos de las buenas sensaciones que emanan de Fira Fem. Entre sonrisas y bailes alguien preguntaba en las primeras filas cuál era el nombre de ese estilo de música, pregunta para la cual me temo que no hay respuesta. Baste decir que amalgaman un amplio abanico de influencias bien digeridas, y que por su música pasan, de manera siempre itinerante, elementos del rock, del pop, del synth-pop, de la electrónica, y de la variante ácida de todos ellos. En el Cd el resultado obtenido es un producto fresco aunque tímidamente calculado, y precisamente por eso en directo logran un extra, ya que al deshacerse de ataduras consiguen potenciar todo ese combustible musical con mayor proyección y libertad.

Desde luego, no hay mejor manera de acabar un año musical, o de cualquier tipo, pensando en lo bueno que nos traerá el futuro, por muy implacable que sea su aproximación.

Fotos de Pablo Luna Chao.

Escucha el setlist (parcial) del concierto en Spotify.

O míralo aquí!)

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