Festival Novapop 2004 (Ceuta, 14 y 15 de agosto de 2004)
Esta segunda edición del Festival Novapop se presentaba muy distinta a la del pasado año. La organización quería consolidar el evento y para ello presentó un cartel de lo más atractivo, compuesto por bandas locales (de Málaga y Ceuta), nombres importantes del panorama nacional y una banda de gran reconocimiento internacional como es Stereolab. Y todo ello al precio de 25 €, que incluía la zona de acampada y una importante rebaja en el transporte marítimo desde Algeciras. Sin embargo, la asistencia de público ha sido bastante baja: unas cuatrocientas personas por día, siendo la capacidad de las Murallas Reales de, aproximadamente, tres mil. Esperemos que no sea un impedimento para que este festival se pueda celebrar el año que viene y ocupe el lugar que se merece dentro de los conciertos de verano, ya que la calidad de las actuaciones ha sido más que notable.
Sábado, 14 de Agosto
El festival comenzaba con Ainara LeGardon en lugar de El Telediario, que se han separado recientemente. Con la única ayuda de su guitarra eléctrica, Ainara, vocalista de Onión, ofreció un corto recital que sirvió para presentar In the mirror (2003), un álbum producido por Chris Eckman de los Walkabouts y que supone el debut de su carrera en solitario. Con una voz que transmite perfectamente el sentimiento que encierran sus temas, Ainara estremeció a parte de los presentes con canciones como Love in a box o This feeling true, demostrando la buena acústica que posee el lugar. Tal vez con algo de acompañamiento el concierto hubiera gustado más al personal, que conforme pasaba el tiempo iba perdiendo interés. A otros, sin embargo, les entusiasmó la crudeza de Ainara encima del escenario (muy cercana, por momentos, a la PJ Harvey de Rid of me). En definitiva, un buen comienzo para el Novapop.
Ainara LeGardon
Con escaso público todavía saltaron al escenario The Dominiques. El trío ofreció parte de su repertorio habitual basado en temas de corte pop-rock, influenciados por gente como Beatles o Beach Boys, sin olvidar la escena independiente de principios de los 90. Una pena que el cantante no hiciera mucho uso del piano y lo utilizara sólo en un par de temas y, además, sin mucho protagonismo.
The Dominiques
La primera gran sorpresa de la noche fue, sin duda, la actuación de Nobel, grupo de Portugalete (Bizkaia). Disciplina inglesa (2001) es el nombre de la primera maqueta que grabaron y que incluía una versión del Carolina de Fórmula V. El quinteto, formado por chicas (excepto el batería), nos hicieron dar palmas y bailar a ritmo de canciones con melodías irresistibles y letras desenfadadas y directas, pese a la reiterada temática amorosa que encontramos en ellas. Encandilaron al público con temas como Menú para dos, Una noche en Marrakech o Condena a plazos, todas ellas llenas de coros y un violín que Noemí utilizaba cuando no estaba cantando, dando palmas o animando al personal. Un concierto que aunó calidad y diversión a partes iguales.
Nobel en plena fiesta
X-perimental Shop no fue solo una de las actuaciones más notables de la noche, sino también uno de los mejores conciertos del festival. Los valencianos, con Ivan López al frente, sorprendieron a los que, como nosotros, no conocían nada sobre su trabajo. Con base guitarrera (blues y rock sobre todo), X-perimental Shop se apoyan en bases electrónicas para crear temas tremendamente efectivos que recuerdan, según la ocasión, a Massive Attack, U2 o Happy Mondays. La voz y presencia de Iván sobre el escenario hacen el resto, ya sea con esporádicos movimientos o con la tremenda fuerza de su voz en temas como The sea room, Thrill o el clásico de los setenta Going back to my roots, pertenecientes a su único disco Hi fiction (2003). Espectacular derroche de energía en uno de los grupos revelación del Novapop.
X-perimental Shop
El concierto más atípico fue el de Begoña. Ataviada con una camisa puesta del revés y una simple prenda de ropa interior, la bilbaina puso coreografía y voces a los temas de su álbum We only move when something changes (2004), todo un compendio de canciones electro-pop ochenteras cuya finalidad es divertir sin más. Su pseudo actitud punk, simpatía e interacción con el público completaron un concierto donde muchos, al finalizar, no sabían si reir o llorar. Nosotros, desde luego, nos quedamos con lo primero.
Begoña
Lo de Astrud fue completamente diferente. Manolo y Genís saltaron al escenario y se mostraron, desde el comienzo, distantes al público. Tras finalizar el segundo tema, Genís se quejó de un grupo de personas que charlaban animadamente en la primera fila: «Solo tengo una queja. Entre que somos pocos y estais alejados… Pues no me parece bien que esto sea como la barra del bar». Tras el incidente y al acabar la siguiente canción, los recriminados gritaron un sonoro «¡Viva los novios!» que les hizo algo de gracia al dúo. Anecdotas aparte, si nos centramos en el aspecto musical no tenemos mucho que decir. Con Manolo siempre pegado a la guitarra y Genís con su piano, comenzaron con sus “baladas” para pasar después a sus temas más bailables. A destacar La boda o ya, casi al final, Europa, con un Genís totalmente desatado y subido al taburete mientras cantaba.
Astrud
La Buena Vida demostraron sobre el escenario porque son uno de los grupos del momento. Con un sonido practicamente perfecto, los donostierras interpretaron un total de dieciseis temas sin dejar atrás ninguno de sus éxitos. Poco a poco fueron cayendo HH:MM:SS, Lo que dicte el corazón, Un actor mejicano (muy aplaudida) o Nadadora, esta última una versión de Family. Sin embargo, el repertorio puede hacerse algo cargante para los que no estén acostumbrados a las melancólicas letras del grupo y sus majestuosos arreglos (grabados), ya que el factor sorpresa es prácticamente nulo una vez que suenan más allá de tres o cuatro temas. Lo mejor de su actuación fue cuando interpretaron Los planetas, uno de los singles más celebrados del grupo y que en su versión de estudio cuenta con la colaboración de J. Tras el “recatado” concierto de La Buena Vida, subieron al escenario Sidonie…
La Buena Vida
Y los catalanes, una vez más, se desmadraron. Comenzaron muy tranquilitos con On the sofa, a la que le siguió Lev, dedicada a Syd Barrett. Tras Groove stars y casi media hora de concierto, Jesús (bajo) aparece vestido de astronauta y corretea entre el público, mientras la música continúa sonando y Axel (batería) se lanza en plancha sobre la gente. Tras diez minutos de intensa fiesta, Jesús vuelve con sus vestimentas habituales y su sitar, que le sirve para interpretar Varanasi. No faltan los homenajes a sus héroes, ya sea en forma de pequeños riffs (Satisfaction o Smoke on the water entre canción y canción) o incluyendo en su repertorio una más que correcta versión del Jeepster de Marc Bolan y sus T-Rex. También sonó la pegadiza Bla, bla, bla (con Jesús a la guitarra) y Gede Clark para terminar. Volvieron al escenario (los únicos que lo hicieron) para interpretar On and on y Swedish girls, que contó con la colaboración de Iñaki de La Buena Vida a la percusión. En definitiva, un muy buen final para este primer día de conciertos.
Sidonie
Textos : Francisco José Fernández Luque.
Fotos: Jose María Requena Santos.