El cantante mexicano fue último de los intérpretes míticos de la canción ranchera y con la que el género volvió a alcanzar los mayores éxitos en todo el mundo.
Consolidada y convertida en la música nacional mexicana por excelencia tanto en el propio país como en el extranjero, la ranchera vivió su periodo dorado en los años 50. Cuando Jose Alfredo Jiménez falleció a principios de los 70, el gran Vicente Fernández tomó el relevo para vivificar el género. Canciones como Volver, Volver (#9 España, 1974) o, al año siguiente, su revisión del clásico de la ranchera del propio Jiménez El Rey (#19, 1975) hicieron de él un ídolo y una referencia indiscutible, y su prolífica actividad concertística y discográfica lo mantendría en lo más alto del panorama musical nacional durante décadas.
Vicente Fernández es considerado por muchos fanáticos, el cuarto “gallo” entre los cantantes más grandes de México, destacándose en los otros tres lugares los fallecidos músicos: Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís. Con el tiempo Fernández se elevó hasta convertirse en “Ídolo de México”. Su trabajo le valió dos premios Grammy, ocho premios Grammy Latinos y una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
