Una de las bandas más camaleónicas, que saltó del rhythm & blues al rock progresivo pero que nunca alcanzó el status de mito como sus contemporáneos británicos de los años 60.
De hecho fueron sus primeros singles apenas sus grandes éxitos en listas, Rosalyn y Don’t Bring Me Down, lanzados en 1964- ambos objeto de versión en el álbum de Bowie Pin Ups de 1973- y un debut homónimo que alcanzaría el top 10 al año siguiente en su país. Dick Taylor y Phil May (foto centro) formaron la banda -Taylor había estado tocando con Mick Jagger previamente- junto al bajista John Stax, al guitarrista Brian Pendleton y al baterista Pete Kitley que sería reemplazado por Viv Prince.
A pesar del éxito de su debut, Pendleton y Stax se fueron a principios de 1967, substituidos por John Povey y Wally Waller. The Pretty Things pasaron de Columbia de EMI, donde grabaron en 1968 lo que se considera su obra maestra, S.F. Sorrow, considerada la primera ópera rock, que tuvo una gran aceptación de la crítica, como su disco sucesor Parachute de 1970, pero escaso éxito en listas. Tras el fracaso, la banda se separó y tuvo una segunda vida a mediados de los setenta, con inesperados triunfos en EEUU con discos como Silk Torpedo de 1974 y Savage Eye de 1976. Tras unas cuantas idas y venidas, The Pretty Things decidieron celebrar su 50º aniversario recorriendo Europa y el Reino Unido en 2013. Phil tocó su último concierto en vivo con la despedida de la banda el 13 de diciembre de 2018 en el Indigo, O2, donde se les unieron en el escenario los viejos amigos David Gilmour y Van Morrison, así como ex miembros de la banda como Skip Alan, John Povey y Wally Waller.
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