El cantante y músico guineano , conocido por el éxito mundial Yéké yéké, en la década de 1980, murió hoy a la edad de 70 años en un hospital en Conakry, después de una enfermedad prolongada.
Kanté nació en una de las familias de músicos griot (hereditarios) más conocidos de Guinea. Después de ser criado en la tradición griot de Mandinka en Guinea, fue enviado a Mali a la edad de siete años, donde aprendió a tocar el kora, así como importantes tradiciones de voz. En 1971, Kanté se convirtió en miembro de Rail Band, en la que Salif Keïta era cantante. Keïta dejó la banda en 1973, dejando a Kanté como cantante. Probó en una gran variedad de estilos y se destacó notablemente en la música funk pura inspirada en James Brown y en el Afrobeat como Dugu Kamleba (1974), dedicado a Fela.
Aunque su álbum 10 cola nuts ya fue apreciado por la crítica un año antes, sobre todo en Francia, en 1987, publicó la canción Yé ké yé ké- adaptada de nuevo para la pista de baile ya que había sido lanzada en 1984- que fue uno de los éxitos más vendidos de África, además de ser el número uno europeo en 1988, incluído nuestro país, convirtiéndose en el primer sencillo africano en vender más de un millón de copias. El éxito era prácticamente inédito, ya que, por ejemplo, en España, tendríamos que remontarnos veinte años atrás, a 1968, para encontrar una canción nº1 desde el continente africano, Pata Pata de la sudafricana Miriam Makeba. El álbum Touma que se lanzó en 1990 producido por Nick Patrick, no tuvo tanto éxito en todo el mundo, pero fue un disco de oro en Francia. El 16 de octubre de 2001, Mory Kanté fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
