La pionera cantante soul e ícono del funk, que desafíó cualquier teoría de que las mujeres no pueden ser visionarias en el rock y el pop, ha fallecido a los 77 años.
Betty comenzó su asociación con la música con los clientes de Cellar, un club de moda de la zona alta donde se congregaba gente joven y con estilo. Era una multitud multirracial y artística de modelos, estudiantes de diseño, actores y cantantes. En The Cellar- canción que luego titularía su primer single- ponía discos y charlaba con la gente. En 1968 grabó varias canciones para Columbia Records, con Hugh Masekela haciendo los arreglos. Dos de ellos fueron lanzados como sencillo: Live, Love, Learn b / w It’s My Life. En la primavera de 1969, Betty regresó a los estudios 52nd St. de Columbia para grabar una serie de demos, con Miles Davis y Teo Macero como productores. Se grabaron al menos cinco canciones durante esas sesiones, pero ni Columbia ni Atlantic estaban interesados y se archivaron en una bóveda hasta 2016 cuando se lanzaron en la compilación, The Columbia Years, 1968–1969. Betty escribió la canción Uptown para los Chambers Brothers antes de casarse con Miles Davis a finales de los años 60, influyéndolo con el rock psicodélico y presentándole a Jimi Hendrix, que inspiró personalmente el álbum clásico Bitches Brew.
En 1973, Davis finalmente daría inicio a su carrera con un debut homónimo de hard funk y soul dulce, con canciones como If I’m In Luck I Might Get Picked Up y Game Is My Second Name. El álbum Betty Davis fue grabado con la sección rítmica de Sly & The Family Stone, fuertemente producido por el baterista de Sly Stone Greg Errico, y contó con los coros de Sylvester y las Pointer Sisters. Su segundo álbum de 1974, They Say I’m Different, presenta una portada futurista con un verdadero soul-fire rockero, que comenzó con el salvajemente sexual Shoo-B-Doop and Cop Him , más tarde sampleado por Ice Cube. Davis siguió siendo una figura de culto como cantante, debido en parte a sus letras descaradamente sexuales y su estilo de interpretación, que eran controvertidos para la época, llegando incluso a la censura. Todo ello seguramente contribuyó a que finalmente, después de algunas sesiones de grabación en 1979, Davis dejara de hacer música y regresara a Pittsburgh. En los últimos años su figura fue reivindicada gracias a las reediciones de sus discos a través de Light in the Attic.
