Como un suspiro ha pasado por las salas de cine de nuestro país esta distopía considerada para gran parte de la crítica como una de las mejores cintas del año.
Quíen podía imaginar que una de las cintas más señaladas de lo que llevamos de año tendría sello surcoreano. La película está basada en el el cómic Le Transperceneige, de Jacques Lob y Jean-Marc Rochette, publicado en 1982 y que narra la historia de un tren, en 2031, que recorre el mundo sin detenerse después de que una sustancia en la atmósfera genere una glaciación. El último tren llamado Snowpiercer (Rompenieves) se mueve en círculos por el mundo, con un motor en perpetuo movimiento, a través de un desierto de hielo y nieve. Los últimos supervivientes de la Tierra se amontonan en sus vagones, divididos entre la clase explotada, que vive en la sección de cola sufriendo hambre y frío, y la clase poderosa, que viaja en los primeros vagones con todo tipo de privilegios y excesos. El comic llegó a nuestro país de mano de la revista TOTEM bajo el título de El Transglacial.
El reputado director Bong Joon-ho acometió la difícil tarea de llevar el comic a la gran pantalla. Para ello recuperaba a su actor fetiche Kang-ho Song, protagonista del sensacional drama Memories of Murder, de 2003- que pasó injustamente desapercibido -y de su primer blockbuster, The Host, el monstruo surgido del río Hangang. El director contó para su nueva creación con el mayor presupuesto gastado nunca en la historia del cine de su país, unos 30 millones de euros.
A la cinta, que cuenta con un reparto también internacional con estrellas como Chris Evans, John Hurt o una irreconocible Tilda Swinton – en un desagradable papel- no le faltaron problemas de postproducción y que a la postre afectaron a su estreno. El productor Harvey Winstein consideró demasiado larga la película y quiso cortar 20 minutos para su estreno en EEUU. Bong Joon-ho se opuso y finalmente Winstein se echó para atrás, pero el estreno de la película fue limitado y acompañado por su estreno en las plataformas de vídeo bajo demanda. En nuestro país se estrenó el pasado mes de mayo.
Una consecuencia clara del hecho de que la película sea 100% coreana es que ha beneficiado a su puesta en escena- nunca políticamente correcta- y a la interpretación de todos los actores americanos que aparecen en el reparto: Chris Evans en el mejor papel de su carrera hasta la fecha, en un registro muy distinto al habitual en sus películas comerciales, pero también a la excelente actriz citada Tilda Swinton, John Hurt, Octavia Spencer, Jaime Bell o Ed Harris. Otra película más que se une al extenso grupo que logra mezclar con acierto el «cine de autor» y la mejor ciencia ficción, y que ha tenido meritorios antecesores en recientes años como Hijos de los Hombres de Alfonso Cuarón (2006) o más recientemente Looper de Rian Johnson (2012).
«No hay desvíos dentro de un tren estrecho y lineal, tienes que avanzar siempre hacia adelante para llegar a algún sitio. Los cuerpos chocan unos con otros, y el sudor se mezcla con la sangre. Quería retratar la formidable energía y las sensaciones cinematográficas que todo ello rebosaba. No quiero simplificarlo empleando el término acción porque dentro del intenso confl icto subyacen emociones diversas como alegría, tristeza, amor, y placer, con los que cualquier ser humano puede identificarse. La gente, como el tren de alta velocidad, también sigue adelante.» Bong Joon-ho
