Entrevista a The Dears (noviembre 2004)
Los canadienses The Dears comenzaron su andadura en 1995 haciendo una suerte de pop rock orquestal que ha ido evolucionando hacia un sonido más épico y oscuro, patente desde la publicación de su segundo disco No cities left (Bella Union/Sinnamon Records, 2004). Estuvieron en el pasado Wintercase 2004 y tuvimos la oportunidad de entrevistarlos horas antes de su actuación en Barcelona. Esto es lo que nos contaron Martin Pelland (bajo) y Valerie Jodoin-Keaton (teclados, flauta y coros).
– ¿Es la primera vez que visitáis Barcelona?
Martin: De hecho, es mi primera vez en España, aunque antes de venir a Barcelona pasamos por Bilbao. Me gustó mucho su arquitectura, el museo es fantástico y el concierto estuvo muy bien.
– ¿De dónde viene vuestro nombre? ¿Cómo surgió?
Martin: Es una pregunta muy común en Europa, nunca nos la hacen en América. Esto viene de mucho tiempo atrás, de cuando Murray formó la banda con uno de sus amigos. Se plantearon el nombre y se dijeron ¿por qué no? De hecho, pienso que se trata de tomarlo como una meta a conseguir en el futuro. Algo recíproco: todo el mundo debería intentar ser querido [dear en inglés]. No sé si esta respuesta tendría sentido actualmente, pero es como se planteó en su momento.
– La crítica atribuye a vuestro estilo un sonido bastante británico. ¿A qué se debe?
Martin: Existen muchas explicaciones. Una sería el hecho de ser canadienses y, por lo tanto, las influencias que recibimos de todos sitios. Canadá es el hermano pequeño de Inglaterra y Francia. Sin embargo, creo que en realidad tiene más que ver con la estructura de las canciones. Si comparamos los grupos americanos con los británicos, se diferencian bastante en la manera de componer música. Los británicos, de hecho todos los europeos, son muy buenos en las melodías, y en cambio en América se basan más en el ritmo, mucha energía y guitarras. No digo que las melodías no sean buenas, pero se trata de algo distinto. Europa en esto se muestra menos cerrada y les abre más caminos a las canciones. Pienso que, como The Dears trabaja de este modo y busca esta estructura, se asocia más a este sonido británico, y es que Murray es un gran compositor de melodías. A menudo la gente no está bien informada de lo que es el Brit Pop. El Brit Pop nació como respuesta a algo, como reacción a la entrada de música americana a principios de los 90 y las bandas empezaron a sentirse muy orgullosas de sentirse Brit. Así empezaron muchos grupos, Blur, Oasis, que hacían referencia a muchos lugares que podías encontrar en Londres o Manchester. Nosotros no hacemos eso. No hacemos referencia a ningún lugar en concreto, como se hace en Inglaterra, pero supongo que nuestro sonido se reconoce más como europeo que no como americano.
– La prensa compara constantemente vuestra música, incluso la voz de Murray, con The Smiths y Morrissey, sobre todo si hablamos de Lost in the plot de vuestro último álbum No cities left. ¿Ha sido una influencia en vuestra música y en vuestra manera de trabajar? ¿Lo tomáis como un reproche o como un halago?
Martin: Creo que a todos los miembros de la banda nos gustan mucho. No lo veo mal. De hecho la historia es muy graciosa, porque si Murray sabe que se parece a Morrissey, es porque alguien se lo dijo. Él era joven y fue cuando estaba en el colegio o en el instituto, no lo recuerdo bien. Alguien le dijo: “Escucha esto, se parece a ti”, y pensó que era cierto. Sin embargo, su intención no era cantar como él. No veo mal que nos comparen con una banda tan buena. Pero si alguien dice que en nuestros dos anteriores discos nos parecemos a The Smiths, están equivocados. Es cierto que si te fijas en algunas partes de las canciones del No cities left, un par de ellas, puede parecer que sí, pero el resto recuerda a muchas otras bandas a las que he escuchado, por ejemplo Air. Es cierto que hay gente que se fija más en la voz y creo que Morrissey es muy bueno en las melodías, en la manera de cantarlas, así que es muy fácil compararlos.
Valerie: Lo tomamos más como un halago y no como un reproche, aunque estamos cansados de que nos comparen.
Martin: Entiendo que somos nuevos en Europa y pueden no conocernos, pero en Canadá la gente no se queda ahí, ya no se dice tanto, es algo que ya pasó. Es lo mismo que empieza a ocurrir aquí, pero puedo entender que cuando se trata de presentar a una banda, va bien relacionarla y compararla con algo que ya existe para atraer al público. No obstante, creo que si alguien viene a un concierto esperando escuchar algo parecido a The Smiths es muy posible que se sorprenda, no sé si se sentiría decepcionado, pero no va a sonar The Smiths. Nosotros somos más duros, sonamos más orquestales, a rock, además tenemos a dos chicas como vocales y esto crea otro tipo de dimensión. Ellos no tenían esto, me refiero a dos chicas como vocales. Ya lo veréis esta noche. ¿Vais a venir? [Risas y soborno para que vayamos a verlos, a lo que respondemos que por supuesto]
– Tenemos una pregunta para Murray. Aunque no está, puede que la podáis responder vosotros. Si tuviéramos que describir su voz, diríamos que es encantadora y muy elegante. ¿Sabéis de dónde surge la inspiración?
Martin: ¡No puedo responder a esto! Lo siento, es muy personal, pero creo que se inspira en la vida, en lo que ve en la calle.
Valerie: Pienso que él encontraría muy difícil contestar esta pregunta.
Martin: Definitivamente, creo que mira al mundo y de ahí sale todo. He trabajado durante muchos años con él y es lo que pienso.
– Creemos que la canción We can have it es una de las mejores de vuestro disco. ¿Cómo y cuándo nació y se compuso?
Martin: Oh, gracias. No lo recuerdo bien, déjame pensar. Hace mucho tiempo que grabamos este álbum y hace que las toco unos cuatro años aproximadamente, así que me es difícil recordarlo.
Valerie: Pienso que definitivamente estaba inspirada en la esperanza, en esos momentos en que se pasa mal.
Martin: Por aquel entonces, creo que no me equivoco, nos iba bien en Canadá, pero queríamos avanzar, ir a Europa. Cambiamos algunas cosas hasta que dimos con ella, de hecho es una canción complicada, ¿tocáis la batería? No es fácil tocarla…
Valerie: [Interrumpida por Martin para que lo diga en español –lo habla un poco–, pero no se ve capaz] ¡Lo siento, no puedo! Bien, sabes que es difícil conseguir el éxito. La carretera es muy larga y hay mucho que hacer. Son cosas de la vida, ¿sabes? Momentos difíciles.
Martin: La puedes comparar con algo de la vida cotidiana, por ejemplo, ¿estudias? [Me pregunta, a lo que respondo sí] Pues ya sabes, a menudo resulta difícil y a veces sacas malas notas, y no sabes qué hacer en la vida, ya sabes, te roban la bici, no sé, te preguntas por qué estas cosas pasan pero hay que seguir, debes buscar ese sueño y pensar que el mundo no es tan malo como piensas y que vas a encontrar tu camino. A veces parece que no hay esperanza y sí la hay.
– ¿Dónde os sentís mejor, en el estudio o encima del escenario?
Martin: Diría que en ambos sitios. Es distinto. Ambos son iguales en el sentido de que el tiempo no existe, aunque con una gran diferencia. En el caso del estudio se pierde la noción del tiempo, en cambio en el escenario hay un tiempo límite. Por ejemplo, pongamos que son 90 minutos, en ese tiempo uno saca toda su energía y no te das cuenta de que el tiempo pasa. En el estudio es la misma energía, pero en vez de tener 90 minutos tienes dos meses, pero el tiempo no acaba ahí, sino que cuando llegas a casa aún le das vueltas a lo que estabas haciendo.
Valerie: Cuando estás en el estudio debes superar los obstáculos, puedes dedicarte más a los detalles, en cambio en el escenario todo se libera y esas cosas ya no importan. Todo se queda ahí. [En español] Un concierto es como una relación de una noche, corta y apasionada, en cambio el estudio sería como tener una esposa. [Risas entre ellos] ¡Es diferente!
– ¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
Martin: Espero tocar toda mi vida, me encanta, me gusta estar en la carretera, seguir actuando.
Valerie: Escribir más música.
Martin: Esos son los planes, continuar haciendo lo que hacemos. A veces no sabes qué hacen otras bandas, porque parece que no disfrutan con lo que hacen y te preguntas por qué lo siguen haciendo si no les gusta. Nosotros disfrutamos con esto, estando de gira, tocando delante de un montón de personas. Esto es fantástico.
– ¿Qué os parece este festival y los grupos que actúan?
Martin: Oh, me parece fantástico. No sé, ¿es conocido aquí? Me parece muy bueno, porque todos los grupos están muy bien organizados, van a diferentes ciudades, de aquí para allá. [Nos pregunta continuamente si el festival es conocido, y le explicamos que se trata de un festival en el que tocan algunos grupos muy importantes en la música alternativa, pero además es una ventana para dar a conocer bandas de calidad, por lo que pueden estar orgullosos] Bueno de hecho, he visto las bandas que tocan y me parecen bien. Debo reconocer que no las conozco a todas, pero, por ejemplo, Graham Coxon es un nombre importante. A los Hope Of The States no los conozco bien, pero sé que últimamente se habla mucho de ellos. Me alegré mucho cuando supe que tocaba con Tindersticks, son una banda importante en esta escena. Cuando vinieron a Canadá se acabaron las entradas.
– ¿Existe en Canadá algún festival de este tipo?
Martin: De hecho tenemos un festival en el que, por cierto, yo trabajé. Fui parte de la organización el primer año. Se llama PopMontreal y se parece a uno que se celebra en Texas, aunque no tan grande. Consiste en cuatro días y este año teníamos 225 grupos. ¡En cuatro días y solamente en Montreal! Se lleva a cabo en bares diferentes y la gente va de un sitio a otro. Por ejemplo, puedes ir de siete a ocho menos diez a un sitio y luego a las ocho te vas a ver a otra banda. Después puedes ir a la fiesta afterhour; cada noche se organiza una distinta. Bueno, es mucho trabajo.
Aquí acabamos la entrevista y les dimos las gracias, porque realmente se lo ganaron. Se implicaron, fueron muy amables, e incluso nos preguntaron por un restaurante para, como no, comer tapas…
Un comentario