Entrevista a Cuchillo (Septiembre 2009)
De los estudios de Paco Loco y de la discográfica Sinnamon, Cuchillo fueron paridos sin necesidad de epidural ni cesárea, con un resultado final tenso pero sin dolores; el grupo supo salir él solo, con una facilidad asombrosa. Criados entre el hipnotismo alemán y la narcótica psicodelia anglosajona, el debut homónimo de este dúo barcelonés no sólo es que fuera uno de los mejores discos de este año (por lo menos para un servidor), sino que además ha conseguido un sonido intensamente inspirado e inspirador, lo cual llama la atención siendo su primer trabajo. Hablamos con Israel Marco, guitarra y voz del grupo.
El año pasado terminasteis vuestra segunda gira por EE.UU., un territorio ya familiar para vosotros y en el cual parecéis estar muy a gusto junto con bandas ya casi de la familia, como Magic Mirror, por la semejanza de propuestas musicales. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Mejor, peor o diferente que la anterior?
Mejor, desde luego. En los sitios en los que ya habíamos estado vino más gente a vernos que el año anterior, y como hicimos el triple de conciertos en esta gira pues fuimos a muchas ciudades donde no habíamos estado. Lo mejor quizás fue tocar en el desierto de Joshua Tree junto con Black Rebel Motorcycle Club y Black Angels, en Tucson, donde el público nos acogió muy bien y vendimos un montón de discos, y cómo no, en Nueva York. Por otro lado, tocar en Los Ángeles siempre es lo mejor, por compartir escenario con Magic Mirror y volver a ver a tantos amigos. Este año planeamos girar en la costa oeste nada más, concentrarnos en tocar sólo en ciudades de California, Oregón y Washington.
Sin duda alguna, resulta un tanto chocante ese acercamiento hacia tierras americanas con tan sólo un debut. ¿Cómo surgió esa conexión y qué diferencias más llamativas observáis entre una gira americana y una española?
La conexión es porque tenemos buenos amigos allí, bandas como Magic Mirror, The Moon Upstairs, Spindrift, Black Rebel Motorcycle Club, Brian Jonestown Massacre… Todos son una escena y estamos muy vinculados. Girar en EE.UU. es mucho más duro que aquí. Las distancias son enormes y hay mucha más competencia por lo que no tienes garantías en ningún aspecto. Una vez llegamos a conducir 18 horas para volver desde Portland a Los Ángeles porque nos teníamos que ir en avión a Nueva York.
Hicimos conciertos con mucho público, otros con menos, en algunos sitios no cobramos nada… Por otro lado, el público es muy receptivo y muestra mucho interés por una banda que viene de tan lejos. Aquí el público va a conciertos de músicos americanos constantemente, pero en EE.UU. el público no está acostumbrado a ver a un grupo español en su ciudad. Hay muy pocas bandas españolas que cruzan el charco.
Vuestro debut caló hondo desde que salió a la luz, pese a no ser un superventas. Desde diferentes ámbitos de prensa y público se han manifestado opiniones más que favorables ante un disco que puede resultar, ante todo, hipnótico; moviéndose entre la tensión y la placidez. ¿Es algo que buscabais o es un sonido que sale solo, de vuestra propia naturaleza?
En cada canción creo que hay partes conscientes y otras inconscientes. Buscamos el contraste entre la luz y la oscuridad siempre, y la parte hipnótica también, después la magia de cada canción va en función de la melodía. La verdad es que cuando tienes una idea para un tema, hay veces que es fruto del trabajo y otras veces es pura inspiración que cae en tu cabeza como un rayo.
La posibilidad de un dúo puede parecer desde fuera como un recorte de posibilidades, tanto en disco como en directo -quizá más este último-, pero sin embargo en el disco no se echa en falta ningún aporte más. Se puede observar que el “matrimonio” os da mucha libertad a la hora de componer y de improvisar, sobre todo ante una propuesta que parece heredar aspectos de épocas y escenas más minimalistas: Krautrock, la inspiradora Velvet Underground… ¿Cómo veis vuestras posibilidades, tanto en disco como en directo, al ser “sólo” dos miembros? ¿Descartáis en un futuro añadir un integrante más o de momento preferís no pensar en ello?
La limitación de ser sólo dos se convierte en un reto y llegas más a la esencia de una canción. La tienes que reducir a lo básico. En nuestro caso, el silencio o vacío es como un tercer miembro. Además, en muchos casos es muy enriquecedor porque tienes que descartar muchos arreglos que pueden “manchar” la esencia del tema, y vas al grano, a lo que manda. Aunque no te voy a negar que muchas veces es difícil construir una canción en formato dúo. Una vez probamos con un amigo al bajo y no funcionó. De momento no hay intención de cambiar el formato. Estamos bien así y hemos encontrado una libertad a la hora de improvisar y cerrar canciones con la que estamos muy cómodos.
Como he comentado anteriormente, vuestro gusto musical está cercano a propuestas experimentales, arriesgadas y que aportaron y aportan una inspiración infinita a nivel musical, desde Robert Wyatt hasta Popol Vuh, pasando por Syd Barrett o la Nueva York más lisérgica… ¿Tenéis pensado cómo serán vuestros próximos pasos a nivel compositivo o de momento estáis más centrados en girar y dar conciertos? ¿Pensáis en la posibilidad de poder fabricar un futuro disco mucho más experimental, conceptual o innovador que vuestro debut?
Es pronto para decir nada pero estamos trabajando en nuevas composiciones y la cosa va más por el lado oscuro. La verdad es que todo apunta a un disco más experimental, conceptual y quizás menos accesible. Por otro lado seguimos dando conciertos y estamos incorporando las nuevas composiciones al repertorio en directo. Es una buena forma de madurar las canciones y ver cómo funcionan con el público.
La escena española, indie o no, para un servidor parece estar abriéndose un tanto en lo estilístico, ya sea por las nuevas tecnologías o por la amplitud de miras: ahí tenemos a El Guincho y Coconot con su novedoso tropicalismo, a El Columpio asesino y Triángulo de amor bizarro con ese regusto neoyorquino, a Le Noise y Lisäbo en el ámbito vasco, a ese rara avis que parece ser Bigott… ¿Qué opinión tenéis de la escena? ¿Cuáles son vuestros grupos patrios preferidos?
Creo que es un muy buen momento para la escena española. Cada grupo es de su padre y de su madre y están saliendo cosas realmente interesantes a las que el público está respondiendo de una forma muy positiva. Grupos como Dotore, Bestia Ferida, Extraperlo, Fred i Son, Veracruz… Hay muchas bandas y todas tienen algo.
A la hora de editar el disco, Sinnamon parece ser el sello que más carne puso en el asador. El resto, ¿descartó unilateralmente el disco? ¿Tuvisteis que patearos muchos sellos?
Buscábamos sello para que nos financiara el disco. No conseguíamos cerrar nada, por lo que decidimos financiarlo nosotros. Estábamos a punto de pedir un crédito cuando Sinnamon se pronunció y tras negociar un contrato llegamos a un acuerdo.
La portada del disco es quizá tan ambigua como vuestro disco; sorprenden a primera vista esas diferentes piezas que están sueltas y juntas en el mismo espacio. ¿Qué opináis de ella? ¿Cómo fue esa interacción entre Arnau Sala y vosotros a la hora de crearla?
Arnau es un buen amigo y tanto a Dani como a mí nos gusta mucho su trabajo. Le propusimos hacer la portada y aceptó encantado. Casi no le dimos ninguna coordenada previa, sino más bien durante el proceso. El resultado es su visión del disco y creo que es una portada maravillosa.
En los agradecimientos del disco aparecen tres ciudades: Barcelona, Berlín y Los Ángeles. ¿Creéis que han sido fundamentales a la hora de inspiraros y crear el álbum tal como es y suena?
Las tres ciudades han sido claves para mí, tanto a nivel emocional y sentimental como a nivel musical, por los músicos que he conocido, los instrumentos que he comprado y la música que he descubierto en todas ellas.
Por último, ¿alguna pista sobre el próximo disco?
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Gracias por vuestra atención.
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