El montaje En la Rayuela es, básicamente, un concierto de jazz con elementos audiovisuales que se ha estrenado este año coincidiendo con los cincuenta años de la publicación de la genial novela de Julio Cortázar. Marcelino Merino (guitarra y director musical) y Alejandro Pérez (saxo y clarinete), miembros de The Missing Stompers, han seleccionado un repertorio de algunos de los temas que se citan en Rayuela o que el autor escuchaba mientras la escribía. Canciones que sonaban de fondo en El Club de la Serpiente mientras Horacio, La Maga, Ronald o Babs conversaban de esto y aquello, cebando mates o bebiendo whisky, en oscuras habitaciones parisinas donde «huele a sebo, donde la gente hace todo el tiempo el amor y después fríe huevos y pone discos de Vivaldi».
Anoche no sonó nada de Vivaldi, pero sí piezas de Benny Carter, Duke Ellington, Bessie Smith, Dizzy Gillespie, Lester Young, Oscar Peterson, Charlie Parker, Thelonius Monk o Astor Piazzolla. Y todas ellas de forma espléndida, acompañadas ocasionalmente por la voz de la cantante y actriz Pía Tedesco. También escoltaba a la música una pantalla en donde se proyectaban imágenes relacionadas con los fragmentos narrados que se escuchaban entre canción y canción, y algo de atrezzo compuesto por una mesita con libros y bebida, una máquina de escribir o un jersey que Cortázar hubiera llevado con agrado y entusiasmo, sobre todo si es para presentar los respetos a la trompeta del cronopio David Herrington, engranaje perfecto de un concierto irreprochable.
Foto: Teatro Cervantes
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