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Eleanor Friedberger + Bill Ryder-Jones (La[2] de Apolo, Barcelona, 02-10-2013)

Eleanor-Houston-WEBBrillando con luz propia.

Resultaba extraño ver a tanta gente merodeando la esquina de Nou de la Rambla con el Paral-lel ayer hacia las 21h. Quien esperase ver solo al reducido grupo de seguidores de Eleanor Freidberger o al de Bill Ryder-Jones en los aledaños del complejo de Apolo, entrando a cuentagotas, se sorprendería al saber que mientras estos dos músicos independientes daban, en la sala pequeña, La[2], un paso más en su incipiente carrera en solitario, arriba en la grande se desarrollaría el concierto de la mítica banda de raggae británica Steel Pulse. Esas noches de Apolo a pleno rendimiento en las que se montan, durante unas horas, dos universos musicales radicalmente distintos en apenas unos metros cuadrados de separación. Aunque para ser sinceros, el La[2] se montó más de uno: dos ambientes con la intimidad y la buena acústica como nexo en común; dos artistas que brillan con luz propia.

Bill Ryder-Jones (31)RetPAbrió la velada el también británico Bill Ryder-Jones, antiguo líder de la banda The Coral, con quienes publicó sus primeros cinco discos. Tenía 19 años cuando sacaron The Coral (Deltasonic, 2002) y 25 cuando en 2008 abandonó definitivamente la banda. Ayer se presentó acompañado, pero se pasó medio concierto sentado solo con una guitarra. Sin una pizca de glamur, falsedad o postureo, el de Warrington desfloró su trabajo más reciente con delicadeza, sinceridad, desparpajo y mucha seguridad. Un material situado dentro de los cánones del pop-rock de cantautor, pero con algo más de inclinación hacia lo alternativo que hacia lo clásico. Ataviado con unos tejanos sin gracia, muy rotos en una sola rodilla, y una camiseta bastante simple, Ryder-Jones apenas se movió de su sillita; empuñó, por momentos, una preciosa acústica de madera parda, y por lo general se mostró cercano, tranquilo y visiblemente cómodo: sin duda, en su hábitat preferido.

Bill Ryder-Jones (12)RetP + Eleanor Friedberger (24)RetPPEl público, sin embargo, permaneció siempre a seis pasos de la primera fila, en esa frontera que delimita un concierto en toda regla de uno, digamos, semi-amateur o del de un telonero. Y no sería porque el nivel así lo indicara: el ex de The Coral debe haber tenido auténticos gentíos a sus pies, colocó hasta cuatro discos en el top-10 de lo más vendido en el Reino Unido siendo apenas un veinteañero y ha teloneado a gente como Oasis, Blur o Arctic Monkeys; pero parece que ahora está donde quiere estar, y eso siempre es de admirar. En ese sentido, comparte con Eleanor Friedberger el haber cambiado, en un momento determinado, el buen rumbo de su carrera artística, aunque seguramente hayan virado en direcciones opuestas. En cualquier caso, el sentido más lógico de una carrera musical es más bien el de la segunda, quien probablemente coseche aun más éxito en solitario que en la sombre de su banda fraternal, The Fiery Furnaces, adueñándose con cierto mérito de apelativos como ‘la nueva Feist’ y cosas por el estilo.

Eleanor Friedberger (34)RetPLa Friedberger es una mujer larga que sin embargo no esconde rigidez alguna. Calzada en unas botas medio altas de cuero marrón, tejanos, camiseta blanca y una chaqueta de estampados azules que multiplicaba su elegancia, Eleanor fue toda naturalidad. Conformó una banda ejerciendo de jefa, y no sin dificultades, para la gira de su álbum de debut en solitario, Last Summer (Merge Records, 2011), y con ellos grabó Personal Record (Merge Records, 2013), su nuevo Cd. Con ellos se presentó anoche en La[2] de Apolo, y sí que se notó cierta complicidad. Pero su aparente docilidad no debe confundirse con una sumisión infecunda: anoche, por ejemplo, tiró del carro arrancando con temas como I Don’t Wont To Bother You, I Won’t Fall Apart On You Tonight o Stare At The Sun, en los que claramente su voz es lo más parecido a las riendas de todo el sonido. Una voz que, sin ser especialmente gloriosa, resulta un claro distintivo de originalidad en su música, y el depositario final de casi todo su carácter.

Eleanor Friedberger (264)RetPTambién cayeron I`ll Never Be Happy Again, Tomorrow Tomorrow, Early Earthquake y She’s A Mirror, justo antes del falso final, y siempre con un ritmo optimista y algo movido. Se nota que Friedberger adora los ’70, aparte de por la vestimenta, por ese estilo de composición trotón que posee, melódico y muy narrativo. Musicalmente en Estados Unidos es quizá la época en la que el alma y esencia rural, como el folk de Dylan, contactan o se infiltran más en las ciudades; y Eleanor quizá tenga un poco de los dos mundos por esa fascinación nostálgica tan pura. Acabó, tras la pausa, con Echo Or Encore y Singing Time, sola y un punto más lento, y con My Mistakes, uno de sus himnos personales más reconocibles. Y antes de que su banda acabara, se volvió a poner la chaqueta, cogió el bolso y se bajó al puesto de merchandising para regocijo de un público que disfrutó de verdad. Ya nunca más volverá a la sombra.

Concierto organizado por Houston Party.

Fotos de Pablo Luna Chao.

Escucha el setlist del concierto en Spotify, o míralo aquí.

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