El test de las 5: Pajaro Sunrise
Hoy nos acompaña Yuri Méndez, más conocido como Pajaro Sunrise, que presentará los próximos días The Collapse, su sexto álbum recién publicado en el sello Lovemonk. El disco se comenzó a gestar en noviembre de 2015, junto a Bart Davenport, en los estudios Punta Paloma. Allí lo grabaron y produjeron con la ayuda de Shawn Lee, Charlie Bautista y Javier Jiménez. Estos días, además, se cumplen los diez años de su álbum de debut homónimo.
Lugar y fecha de nacimiento:
León, 9 de agosto de 1979 (ouch).
Dirección actual de ensayo, corte y confección:
Madrid, villa y corte.
¿Qué líquido – o sólido- elemento suele servirte de gran ayuda en el proceso de escritura y/o composición?
Café, cocacola, tabaco. Soy persona de vicios sencillos.
Conocemos (musicalmente) a Bart Davenport desde hace tiempo. Su canción The Saviors (2003), de hecho, estuvo entre nuestras favoritas de aquel año. ¿Cómo fue trabajar con él?
Fue tremendamente fácil. Nos conocíamos desde hace tiempo, pero nunca habíamos tocado juntos; yo había grabado el disco anterior prácticamente solo y tenía ganas de volver a trabajar con otros músicos, así que cuando en Lovemonk propusieron a Bart dije que sí sin pensarlo. Soy muy fan de su música desde el Bart Davenport / Bart Davenport y Palaces es uno de los discos más importantes de mi vida; estábamos condenados a entendernos.
De todas tus influencias, ¿cuál podría ser la que más nos podría sorprender a primera vista?
Hmmm, eso dependerá de vuestra tendencia a la sorpresa, pero durante los últimos años el trío John Maus, William Onyeabor y Arthur Russell está muy presente en todo lo que hago y, aunque sea indirectamente, puedo ver cosas suyas en algunas de estas canciones. Escucho mucha música –de eso se trata, supongo- y me resulta difícil distinguir qué se filtra en lo que hago y qué no.
Parece que ahora a todo tipo de grupos les gusta colgarse la etiqueta de “indie”…¿piensas que se ha erosionado el concepto?
Hasta hace dos o tres años mantenía un blog de Pajaro Sunrise y he encontrado ésto en una entrada de 2009: “No, esto no es indie. Indies eran Galaxie 500 y Yo La Tengo en 1990. Nosotros imitamos, rascamos y robamos, pero ni muertos seremos indies”.
Supongo que indie es una de esas palabras cajón de sastre que, valiéndose de un significado vago, ha acabado sirviendo para lo que a uno mejor le convenga. Creo que, sobre todo, su atractivo está en que permite a ciertos grupos y a cierto público identificarse con lo que está fuera de aquello que perciben como la corriente principal, sentirse al margen: una especie de individualismo masivo. Quizá tuviese sentido en los tiempos de las multinacionales, cuando afirmarse en contra de lo establecido significaba escoger una vía secundaria y tomar decisiones propias, pero creo ahora que tiene más que ver con un comportamiento social, una forma de vestir y una ilusión de diferencia que con una expresión de independencia como tal.
¿Cuál es tu recuerdo musical- en forma de disco, actuación, familiar…-que hiciera que te dedicases a esta profesión?
Probablemente una biografía de Bruce Springsteen titulada Promesas Rotas que leí con 14 o 15 años. Al acabarla tenía claro que quería ser músico. Aprender a tocar me llevó algo más de tiempo…
¿Qué grupo o disco te resistes a quitar del walkman?
Dreams, de The Whitest Boy Alive. Vuelvo a él una y otra vez desde hace 10 años. También los tres primeros de Leonard Cohen, que están ahí desde que tengo uso de razón, o Nebraska, de Bruce Springsteen.
¿A qué músico/banda de otra década te hubiera flipado ver en directo?
No soy nada mitómano y me costaría decidir, pero un concierto de Otis Redding o de Hank Williams no hubiera estado nada mal.
Seguimos hablando de música en vivo…¿Dónde te sientes más cómodo tocando, en festivales al aire libre, teatros, locales cerrados, cumpleaños, convenciones…?
Teatros y locales cerrados, sin duda. Los festivales al aire libre me parecen un buen lugar para muchas cosas, pero no para escuchar –o tocar- música. Con las fiestas y los eventos me pasa un poco lo mismo: no acabo de estar cómodo cuando la música funciona como amenización. Y no porque le vea nada de malo, que de todo tiene que haber en este mundo, sino porque nunca sé muy bien cómo comportarme o qué actitud tomar.
Ha habido alguna actuación en la que te hayas sentido fuera de lugar, o bien, alguien del público haya hecho algo que te haya molestado
No recuerdo nada terrible que haya venido del público pero sí que me he sentido muchas veces fuera de lugar tocando, claro, supongo que un poco por esnobismo o por lo que decía antes: como músico y como oyente me gustan los conciertos en los que no hay nada más que hacer que escuchar o tocar. Cuando se mezclan otras cosas me pierdo un poco.
¿Qué consejo deberías haber escuchado, pero no lo hiciste?
Hmmm, si lo supiera aún estaría a tiempo de arreglarlo, pero lo cierto es que no lo sé. Recuerdo a Jairo Zavala diciéndome hace un montón de años “ten cuidado con lo que deseas porque se cumple” que en sí no es un consejo, pero si una advertencia muy sensata. Lo difícil no es lidiar con el camino que has escogido, sino con todo lo inesperado que trae consigo. Y ahí estamos.
Ahora que todo- incluso los funerales-se ofrece en streaming¿Creéis que el sistema es el futuro, una moda pasajera, un error?
No le veo nada de malo: son nuestros tiempos y la tecnología no deja de abrir posibilidades. Las consecuencias inesperadas –volviendo a la pregunta anterior- tendremos que ir aprendiendo a gestionarlas sobre la marcha, como todo.
Ese grupo o solista nacional de cualquier década que merece/mereció más repercusión de la que tuvo:
Soy un ignorante respecto a la música nacional, me temo.
¿Hay alguien con quién- desde el punto de vista musical- te hayan comparado que jamás hubieses imaginado?
No realmente, creo que siempre he entendido el por qué de las comparaciones. No hay concierto, por ejemplo, en el que al acabar alguien no mencione a Cat Stevens; he escuchado muy poco a Cat Stevens, pero sí mucho soul y soy muy blanco, así que puedo ver el porqué de la alusión.
Un momento especial que te haya dado la música, que no sea un concierto propio:
Millones, especialmente como oyente. Una calle de Osaka y un disco de Whitest Boy Alive; San Diego Serenade de Tom Waits y la carretera por la que se entra a León desde el sur; un concierto de Stars en Moby Dick en 2005. Y así podría estar hasta mañana.
Algo bonito de tu sello discográfico:
Todo, en realidad. En Lovemonk son gente encantadora, me dejan hacer lo que quiero, nos reímos mucho juntos y, sobre todo, después de 10 años sacando discos con ellos, somos amigos. ¿Qué más se puede pedir?
Próximas actuaciones:
24 de noviembre
Moby Dick Club Madrid
25 de noviembre
Marula Café Barcelona Barcelona
26 de noviembre
+ David Quinzán
Playa Club Coruña A Coruña