El 4 de julio 1976 tuvieron lugar dos conciertos clave que hicieron que el movimiento punk saliera a la superficie: The Clash con los Sex Pistols en Sheffield, y, sobre todo, el debut londinense de los Ramones en el Roundhouse .
Los Sex Pistols y los Clash tocaban en el Black Swan de Sheffield, la trastienda de un bar, que además fue el concierto debut de los segundos. Apenas reunió unas 50 personas. Mucha más expectación había generado, 170 millas más al sur, la actuación de los americanos Ramones: su debut en el Roundhouse londinense, a sólo tres meses de la publicación de su primera disco.
Conocidos por sus breves y poco convencionales actuaciones- al fin y al cabo, su canción más larga era de dos minutos y medio- en el exterior del pub se congregaban unos 2000 fans. Todos los jóvenes punks salieron esa noche, no para ver al cabeza del cartel, The Flamin´Groovies, que ya casi sonaba a viejo. Estaban allí para ver a los teloneros. Al día siguiente, los Clash y los Pistols fueron a conocerles.
Literalmente y, desde aquella noche del 4 de julio de 1976, cientos de bandas siguieron los pasos de los Sex Pistols, The Clash y, por supuesto, los Ramones: Buzzcocks (formado en 1976), The Damned (1976), Siouxsie and the Banshees (1976), The Skids (1977) o Stiff Little Fingers (1977) nombres familiares, junto a otros más efímeros y que hoy sólo aparecen en los libros de historia. El movimiento punk parecía ya imparable.
