Duke Ellington: la musica es mi amante

Cuando celebramos este año el centenario de su nacimiento, Global Rythm Press publica las Memorias de Duke Ellington.

Si la historia de Duke Ellington es la historia viva del jazz hasta 1974, el principal implicado en ella nos la cuenta aquí sin intermediarios y haciendo alarde de un peculiar estilo literario salpicado más de una vez por las notas del genio: al final de su vida, y tras haber creado infinidad de obras ya inseparables de nuestro oído, el gran duque escribió una balada que abarca y autorretrata medio siglo de música contemporánea.

El hombre que ideó 1.500 composiciones (casi todas memorables) se movía por las calles de Harlem con igual soltura que por los pasillos de la Casa Blanca (donde en los años sesenta le organizaron una fiesta de cumpleaños), y en todas partes gozaba y a todos brindaba su inagotable vitalidad. Apasionado por la música y compinche de quienes la hacían, Ellington contaba entre sus amigos a decenas de personajes capitales para la trayectoria sonora del siglo XX: Armstrong, Basie, Bechet, Coltrane, Davis, Fitzgerald, Parker o Sinatra son algunos de los muchos que aparecen en estas páginas adornadas con cien fotografías que nos acercan al universo más íntimo del pianista.

Mas lo que emerge una y otra vez de ellas es su indeleble compromiso con la música, la amante y señora a quien siempre reserva el fuego más sagrado de su pasión: «las queridas van y vienen, pero sólo mi amante permanece», nos dice el fiel enamorado. Y como frío complemento de esos calores, el volumen que ahora presentamos también suministra en sus apéndices una esmerada discografía, una lista cronológica de composiciones y un detallado registro de los intérpretes, arreglistas, letristas y orquestas que colaboraron con el maestro.

Memorias de Duke Ellington, traducción de Antonio Padilla (Autobiografía)

«[Este libro] nos deleita con algo nada frecuente: la experiencia y la mirada de un hombre que vivió hasta el fondo, un hombre que logró abismarse y realizarse plenamente en su medio de expresión.»
Times Literary Supplement

«Una de las más apasionantes y pintorescas “intrahistorias” del jazz en su época dorada.»
John Barkham Reviews