De no ser por las reiterativas noticias aparecidas en periódicos, suplementos y webs en general sobre la “conquista de Manhattan” a cargo de Delorean, probablemente Subiza (Mushroom Pillow, 2010) no se hubiera asomado por aquí. Ya antes nos habían advertido desde Pitchfork –supuesta biblia de todo lo etiquetado bajo la cada vez más difusa corriente indie– que su anterior EP, Ayrton Senna (Mushroom Pillow, 2009), valía la pena.
En este caso, como en muchos otros similares en los que puedes subirte al carro o destrozarlo sin piedad argumentando hasta la extenuación –por momentos parece que ya sólo existen los extremos, especialmente a través de internet-, creemos que lo más sensato es despojarse de todo ello, prejuicios incluidos, e intentar descubrir qué nos ofrecen los de Zarautz tras cuatro años de silencio discográfico. Y lo que encontramos es un disco que derrocha vigor, frescura y luminosidad a lo largo de sus nueve cortes y sus cientos de capas sonoras. Por otro lado, la homogeneidad y escasez de variaciones rítmicas juegan claramente en su contra, muy especialmente si no se utiliza este álbum para lo que realmente ha nacido: mover el cuerpo, donde y con quien quieras, durante el resto de veranos que aún te quedan por disfrutar. Además, dejan una pieza memorable como es Real love. No está mal, ¿no?
