[Crónica] Van Morrison (Schloßplatz, Stuttgart, 17-07-2014)
Van Morrison hizo parada en el festival Jazzopen de Stuttgart tras su paso por el de Montreux. Ambas citas forman parte de una pequeña gira estival que finalizará a comienzos de agosto en Cambridge y retomará en octubre. Junto al león de Belfast han pasado este año por el Jazzopen Herbie Hancock & Wayne Shorter, James Hunter, Keb ´Mo´, Jamie Cullum o Dr. John. Todo un arsenal de largo alcance que se ha repartido entre seis escenarios, siendo el Museo Mercedes-Benz, el Bix Jazzclub y la Schloßplatz los de mayor repercusión.
Sol y calor para recibir a un Van Morrison que, digámoslo cuanto antes, apenas se dirige al público durante la hora y tres cuartos de concierto. Al final, antes de desaparecer, algo masculla frente al micro. Parecen ser unos tímidos agradecimientos al público. También un reconocimiento a la banda que le acompaña en estos pocos conciertos, una de esas alineaciones que se antojan insuperables una vez finalizado todo aquello. O incluso antes, ya que desde el comienzo, con la instrumental Celtic Swing, es inevitable quedar prendado de cada uno de los seis músicos, que se lanzan hacia lustrosos solos que termina culminando el propio Morrison al saxofón. También le veremos frente al piano y tocando la armónica, pero su mayor regalo sigue residiendo en una voz que se niega a enmudecer y que aún conserva un asombroso espectro de sabores deliciosos.
Hubo repaso para casi todas sus épocas. Sonaron Days like this, Back on top o Baby please don´t go. También Philosopher´s stone, Lonesome road y So quiet in here. En Whenever God shines his light, originalmente cantada a dúo con Cliff Richard, estuvo acompañado por la voz de su hija Shana, que ya antes de la aparición de su padre había interpretado dos canciones en solitario. Mientras tanto, Van Morrison únicamente se dirige a la banda para dar algunas instrucciones en forma de miradas o con un par de frases cortas, ya sea para alargar un solo, dar por finalizado un tema o tocar esta canción y no aquella otra. La recta final nos ametralla sin piedad: Moondance, Brown eyed girl -ambas en sus versiones más jazz-, In the garden, Help me y un Gloria que terminó convertida en una admirable jam session mientras Van, ese hombre, descansaba ya en su camerino.
También tuvo culpa de que la tarde sea ya memorable Mavis Staples, que ejerció de majestuosa telonera. Con 75 años recién cumplidos, la que fuera miembro de The Staple Singers continúa ofreciendo buenas vibraciones allí donde pisa. Sus palabras entre canción y canción terminan siempre sacando sonrisas entre el público. Da igual lo que tenga que decir. Es similar a los agradecimientos de Ella Fitzgerald durante su concierto en Berlín, ése en donde olvida parte de la letra y bueno, qué les voy yo a contar. Freedom highway, las versiones de For what it´s worth (Buffalo Springfield) y The weight (The Band), o la siempre irresistible I´ll take you there conformaron el esqueleto de un aperitivo que sació casi como un banquete.
Foto: Dominic Pencz