[Crónica] Superbock em Stock (Lisboa, 24 y 25/11/23)
El festival regresó como habitualmente cada final de noviembre a la Avenida da Liberdade, en Lisboa, en un fin de semana mucho menos fría de lo habitual en estas fechas, un hecho que contribuyó a que las calles de la ciudad estuvieran más atiborradas de lo normal, si sumamos el hecho inevitable de los días clave del Black Friday. La noche del primer día del festival estuvo marcada, sobre todo, por la presentación del debut de Will Butler y su banda Sister Squares. Previamente, tuvimos ocasión de contemplar actuaciones como la de la local INÊS APENAS, que presentó canciones de sus dos primeros EPs: um dia desest (2022) y Leve(mente) (2023), así como los sets de la compositora angoleña Carla Prata y el cantante y productor Blaiz Fayah, este último residente en Londres y que combina elementos de hip-hop, dancehall y reggae. En el Coliseo se presentaban también los Gilson, banda formada por el hijo y dos nietos de Gilberto Gil.
Will Butler se presentó en el Cinema São Jorge con la banda Sister Squares, formada por Miles Francis, Julie Shore, Jenny Shore y Sara Dobbs. Después de casi dos décadas de servicio en Arcade Fire con su hermano mayor Win, dio el portazo en 2022 tras el lanzamiento del sexto álbum de la banda de Montreal ganadora del Grammy, WE. ¿Su motivo? Era “hora de hacer cosas nuevas”. El coautor nominado al Oscar de la banda sonora de Her – que cumple justo estos días una décaa- ya había demostrado una dirección musical diferente en un trío de álbumes en solitario y en este proyecto continúa en ese camino. Butler comenzó a trabajar con la banda- Jenny Shore es de hecho su esposa- hace varios años, cuando comenzó a publicar música en solitario, por lo que esa complicidad es completamente patente en el directo. La actuación de la noche del viernes, , en la que las tres coristas alternaban el teclado con Butler, mientras Mile Francis permanecía la mayor parte del tiempo a la batería, fue, de menos a más, cresciendo en intensidad, con mayor protagonismo del nuevo álbum, en la apertura de Arrow of Time, la hipnótica Willows- una de la más cercana al sonido Arcade Fire del álbum- o la genial Old Fire sin olvidar la más bailable y experimental Saturday Night («Oh-oh, es sábado por la noche / Perdí el tiempo, perdí la mitad de la cabeza»). Los últimos momentos fueron para el mayor éxito hasta la fecha de Butler en solitario, Anna, seguida de la contagiosa Surrender del album Generations de 2020, que puso a todo el público a bailar, para finalizar con su más reciente single, Long Grass. Butler se sintió tan agradecido por la acogida que no dudó en bajar del escenario y hacerse numerosas fotos con los fans y firmar autógrafos al final de la actuación.
El segundo día ofreció un cartel más variado a la vez que más femenino, como la música frenética de inclasificable del reciente dúo Kill The Pain, que reúne a la australiana Phoebe Killdeer y la francesa Mélanie Pain en un cóctel groove explosivo. Por otro lado, Jason Miles, el veterano teclista con una carrera de 50 años: hizo la programación de sintetizadores para Miles Davis en Tutu y Siesta, fue director musical de Luther Vandross, ha trabajado con estrellas como Aretha Franklin, Whitney Houston, Michael Jackson, Chaka Khan y Diana Ross y actualmente reside en Portugal. Miles merecía ser escuchado no sólo por la música, sino por las historias que narraba en cada pausa, de cómo conoció a Miles Davis o el álbum con el ganó un Grammy, A Love Affair: The Music of Ivan Lins.
Jehnny Beth, líder francesa radicada en Londres de la banda de rock SAVAGES, estuvo acompañada no sólo de Johnny Hostile en el bajo y teclados, sino también de Alexandra Dezzi. El debut en solitario de Beth, To Love Is To Live, se lanzó en 2020 y los fans disfrutaron de los temas del álbum como la balada entrecortada Flower, dedicada «a las damas que están aquí», la melodía experimental de Heroine, durante la cual pidió al público que se acercase (“Quiero ver vuestras caras”). La artista agradeció su fidelidad a quienes acudieron al Coliseo a verla y ejecutó una versión sicalíptica, con aullidos incluídos en las mezclas, de Closer, de Nine Inch Nails, para cerrar con el feroz sencillo electro principal I’m The Man. La anécdota fue cuando regresó al escenario tras percatarse de la imagen de la camiseta del miembro del público- quien le ayudó a sujetarse en el foso durante su actuación- que decía «Quiero pasar una noche con Jehnny Beth», le espetó sin miramientos «Me gusta tu camiseta».
La otra artista que protagonizó la noche del sábado fue Anna Calvi, que justo acaba de anunciar un álbum que reúne la música que compuso para las temporadas 5 y 6 de la célebre serie de la BBC Peaky Blinders. Tan inclasificable como solemne, Calvi estuvo flanqueada por su baterista Alex Thomas y una teclista, Mally Harpaz, en el escenario principal del Coliseo dos Recreios, logrando crear una atmósfera y energía inimitables con sus habilidades virtuosas con la guitarra y su impresionante rango vocal operístico. La mayor parte del material de la noche provino del último álbum de Calvi, Hunter, de 2018. El trío, tras el visceral sencillo Don’t Beat The Girl Out Of My Boy, terminó con una versión de Ghost Rider del debut de Suicide, mostrando aún más la versatilidad de la cantante y compositora londinense. Al otro lado de la Avenida, en el Capitolio, Valete finalizaba la celebración de sus veinte años de carrera con los invitados Moullinex, Papillon, figura destacada del hip hop portugués más reciente, y Black Compañía, pioneras del rap nacional. Poco después, en la misma sala, actuaba un nombre destacado del hip hop americano de la última década, Sean Joseph Pompey Smoke DZA. Una vez más, la noche de Lisboa concilió de nuevo todo tipo de sonidos en un solo festival de invierno, el Super Bock em Stock, un eclecticismo que es puro reflejo de lo que la ciudad representa.