conciertos

[Crónica] Superbock Em Stock (Lisboa, 22-23/11/19)

El viernes y sábado pasado todos los caminos conducían a la Avenida da Liberdade de Lisboa, y cualquiera de sus paradas era perfecta para escuchar buena música.

Sinkane

Si algo que caracteriza al Super Bock em Stock es un cartel ecléctico, poco devoto a la comercialidad, y, en este año en concreto, con unas (elogiables) querencias por reunir en dos días prácticamente el mejor soul/indie soul que se está haciendo ahora mismo en distintas partes del mundo. Otra de sus mejores bazas es que los recintos son los justos, no necesita espectacularidad, ni los músicos de su cartel necesitan dar demasiadas explicaciones: apenas salir y tocar. Es el ejemplo de Sinkane, Ahmad Gallab, nacido en Londres, criado en Sudán y residente de Brooklyn. Gallab equilibra afrobeat, reggae, krautrock con su banda de cinco integrantes- Elenna Canlas sustituyéndole en la voz en alguna de las canciones- con alegres jams funks extendidos- el séptimo álbum de Sinkane es el más alegre y festivo hasta la fecha- que permiten lucir el virtuosismo del guitarrista Jonny Lam, probablemente el mejor de todas las jornadas del festival.

Michael Kiwanuka

En el mismo escenario, apenas media hora más tarde, Michael Kiwanuka, hace no pocas fechas revelación, ahora una confirmación que ratificaba a el lleno absoluto del Coliseu. Kiwanuka y su banda conforman un cóctel de soul, funk, rock, gospel y blues explosivo. Sigue en su apertura habitual con Cold Little Heart, una declaración de intenciones en las que la voz de Michael se fundía completamente con la banda, bajo el ritmo del bajista, el teclado y batería junto a las dos coristas. Con You Ain’t the Problem nos introdujo a su alabado segundo álbum, para regresar a su reciente Love and hate con Place I Belong y Black Man in a White World. En esta canción comenzó con Michael sin acompañamiento y en el que la multitud se unió y dio paso a una sección frenética de banda completa. De su reciente álbum también sonó el single Hero para dar paso a una de sus primeras canciones publicadas, Tell me a tale, escogida una de nuestras favoritas del año 2011 y concluir con la coreada Cold Little Heart, popular gracias a la serie Big Little Lies de Nicole Kidman.

Nilüfer Yanya

En la misma Avda da Liberdade acudimos al Cinema São Jorge para una de las actuaciones más recogidas del festival, la de Nilüfer Yanya. Lo más llamativo de su set – acompañada de bajo, batería y teclado/saxo – fue la combinación de instrumentación y voces de la saxofonista Jazzi Bobbi y la guitarra de la propia Yanya, en una eclosión de pop, indie, electrónica y jazz, evocando las mismas sensaciones en vivo que las que provoca su álbum Miss Universe, un álbum que desdibuja el pop en formas y distorsiones nuevas y desiguales pero inmediatamente sorprendentes y seductoras.

Curtis Harding

El sábado continuó el buen sabor del neo soul – ya que no necesariamente siempre retro -con Curtis Harding, de nuevo en el Coliseu. Y según él mismo, slop ‘n’ soul, es decir, desechos y soul, metáfora con la que quiere simbolizar la cultura del sur estadounidense. Antes, apenas tuvimos tiempo de ver unas cuantas canciones de Marissa Nadler en el espectacular escenario- aunque reducido- del Palacio da Independencia, haciendo de una instrumentación mínima una actuación mucho más evocadora y melancólica .El segundo álbum de Harding,Face Your Fear, lanzado en 2017, tiene canciones que casi suenan como un tributo a los viejos grandes. Curtis continúa con una regla casi no escrita en el festival, cómodo con el micrófono e interacción mínima con el público, sólo cuenta la música, una banda de cinco miembros que crea una estructura de sonido densa, que ni siquiera se plantea sonar innovadora, pero que en vivo suenan aún más impactante que en disco. Fue celebrada especialmente su versión de To Love Somebody de los Bee Gees.

Orville Peck

Antes de terminar el concierto, aun perdiendo alguna de sus mejores canciones, acudimos en búsqueda del cowboy enmascarado. Orville Peck, que nos presentaba su álbum de debut, Pony. Como ha comentado el propio músico en una ocasión “la música country es el único género importante que aún no ha adoptado estilos de vida alternativos”. Y la respuesta que Peck ha encontrado a su nueva propuesta ha sido realmente positiva.¿Cómo podría ser menos un año en que una canción country rap ha batido todos los récords en EEUU? Bajo esa apariencia llamativa-un traje de dos piezas de color granate bordado con cráneos y sombrero rojo y la máscara de Llanero Solitario bordada con flecos amarillos- Peck – que confesó que vivió durante mucho tiempo en Cascais – posee una impresionante voz desafiante que nada tiene que envidiar a las rutiliantes estrellas country del momento, capaz de deslizarse del su versión más tradicional al rockabilly – su versión de Something to Brag About – o la vertiente más pop con Wild Change, probablemente la mejor canción del álbum.

Josh Rouse

Josh Rouse supo aprovechar su larga ausencia de conciertos en Lisboa- una década, según él mismo relató- con una actuación que resultó de los más ovacionados de la noche. La misma comenzó fría – todavía no se había llenado el Teatro Tívoli- y, sin embargo, la intensidad fue in crescendo. Rouse presentaba, además, alguna de las canciones de su último disco navideño, The Holiday Sounds of Josh Rouse, que iba intercalando con algunas canciones más antiguas. Sin embargo, desde Winter in the Hamptons el público no volvió a sentarse en las butacas en cuanto a comenzó a hilar algunas de sus canciones más populares: Love Vibration, Come Back (Light Therapy) y el espectacular cierre con It’s the Night Time.

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