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[Crónica] Superbock em Stock (Lisboa, 19-20/11/21)

La edición 2022 del Festival anual Superbock em Stock tuvo lugar el fin de semana del 19 y 20 de noviembre, como suele ser habitual, en el emblemático entorno de distintos locales de la Avda da Liberdade en Lisboa. El reto de realizar el festival en recintos cerrados- salvo el espacio que se utiliza dentro de la Estación de Rossio- aun estando en un período relativamente «tranquilo» de la pandemia, y con artistas internacionales, era todo un reto. El desafío era aún mayor cuando uno de los artistas más esperados del festival, Black Country New Road – pese a ser prácticamente noveles- anunciaban la cancelación de su participación apenas unos días antes de su comienzo. debe a motivos de salud de uno de los miembros. Es cierto que por estas y, en general, las circunstancias en las que nos encontramos, tanto cartel como afluencia de público fue más descafeinada de lo habitual en la que suele ser una de las noches más interesantes desde el punto de vista musical del invierno lisboeta.

Django Django

La noche del viernes tuvo como mayor exponente la presencia de los Django Django. La banda británica está de gira por Glowing in the Dark, su cuarto álbum de estudio, lanzado en abril de este año. Desde que su álbum debut homónimo fue nominado para un premio Mercury en 2012, Django Django ha ganado un grupo de seguidores fieles que también se hicieron notar entre el público del Coliseo, donde abundaba . Django Django, al contrario que algunos de sus contemporáneos contemporáneos, han derivado en un tecno más convencional, aunque en estudio mantienen los arreglos complejos. En el último álbum sobresalen canciones más pegadizas, y eso en el directo es aún más notorio, como es el caso de Spirals, la canción que abre el álbum e inauguró la actuación. El cantante Vincent Neff animó a la gente a bailar y ofreció una actuación vocal impecable bajo el ritmo de los sintetizadores  de Tommy Grace,  el baterista David MacLean y el bajista Jimmy Dixon. Fueron,

Lava La Rue

sin embargo, las canciones antiguas las que hicieron vibrar con Storm y Waveforms. La primera noche culminó con la presencia de la rapera, cantante y productora de West London, y fundadora del colectivo de arte DIY NiNE8, Lava La Rue , cuyo nombre real es Ava Laurel, con una música convincente que se inspira en los estilos de psych pop de Tame Impala y Unknown Mortal Orchestra en el que conserva el rap de su trabajo anterior pero los coros refinados y melódicos dominan el centro del escenario. Se ganó al público con la presencia apenas de una batería y una teclista.

El cartel del sábado nos pareció en conjunto mucho más interesante, de tal forma que hubo solapamientos y tuvimos que tomar decisiones. Fue el caso del descarte del músico Benny Sings, que actuaba en el Coliseo, y preferimos comprobar la destreza de otra figura emergente del pop, la cantante y compositora británica Charlotte OC. Cada pista que interpretaba, acompañada de baterista y  presentaba su vibrato inolvidable y vibrante que, aunque controlado, recibía el

Charlotte OC

aplauso del público. El ascenso de la cantante y compositora de Blackburn Charlotte Mary O’Connor ha sido constante y seguro desde el lanzamiento del EP Color My Heart de 2013. Demostrando una composición refrescante y un estilo de producción nocturno, la fascinante voz de Charlotte se inclina por susurros de R&B y notas altas elevadas, un pop noir que en algunos momentos podrá recordarte a Lana del Rey.  Los momentos más celebrados fueron las canciones de su más reciente álbum Here comes Trouble como Bad Bitch o Mexico. 

Completamente al lado opuesto de todas estas propuestas encontramos a los vibrantes Iceage, la formación que en primavera publicó su quinto disco de estudio, Sheek Selter. Precisamente este último trabajo tiene doble nacionalidad: el quinto álbum de los nórdicos se grabó en Namouche Studios en Lisboa con Peter Kember, también conocido como Sonic Boom, el ex-Spaceman 3 que ahora vive en Sintra. La formación ofreció una actuación intensa aunque sólo convenció a los más adeptos. Hay que reconocer que, incluso dentro de la escena punk, Iceage no es una una banda que las emisoras más convencionales vayan a tener entre sus favoritas, debido a su sonido oscuro crudo y emocional. Afiliarte a su aspereza en vivo sólo es posible si conoces más o menos con profundidad sus canciones. Si no es así es probable que en un festival busques otras opciones más convencionales. Con todo, Iceage sonaron ruidosos y tensos, especialmente con las nuevas Vendetta o Shelter Song , gracias a la presencia visceral de su vocalista Elias Rønnenfelt, en contraste al hieratismo (helador) del resto del grupo.

Iceage

Le seguía la actuación en uno de nuestros centros favoritos del Festival- el único prácticamente al aire libre, aunque cubierto- como es la estación de Rossio. Se trataba de la emergente formación británica Wet Leg, que acaba de fichar por Domino y que apenas tiene en el mercado dos singles de éxito. Todavía nos queda mucho por conocer para formarnos un criterio objetivo de a la banda-cinco miembros y como centro dos viejas amigas de la universidad de música, Hester Chambers y Rhian Teasdale- ya que en su actuación hubo mezcla de géneros, incluso dentro de una misma canción, eso sí, siempre aderezadas de fina ironía. En todo caso la expectativa es inmensa- se notó en el lleno del festival, algo inédito para ser unas recién llegadas- si tenemos en cuenta que su gira por Estados Unidos en diciembre está agotada, al igual que todas las fechas del Reino Unido que han anunciado para 2022.

Wet Leg

Lo mejor de la noche llegó al final, con otra cantante y compositora prácticamente recién llegada, la tamil-suiza Priya Ragu, otro flamante fichaje, en este caso por parte de Warner Music. Al menos de todos los artistas que pudimos ver a lo largo del festival, tanto ella como el resto de la banda fue la que más supo empatizar con el público asistente. En septiembre Priya Ragu ha lanzado su muy esperado mixtape debut, damnshestamil, que contiene su última pista, Lockdown, y es el producto de su asociación creativa con su productor y hermano, Japhna Gold. Ragu brilló no sólo en las canciones más bailables como la citada Lockdown o Good Love 2.0, sino en baladas como Anything. Su mezcla de elementos de la música india y de Sri Lanka con una versión efervescente del R&B y devoción por los clásicos como Donny Hathaway o Stevie Wonder – también interpretó una versión de este último-nos insinúa que estamos ante una de las grandes promesas para 2022.

Priya Ragu

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