[Crónica] Sting (Úbeda, 22/07/19)
Después de haber cancelado hasta seis actuaciones por problemas con su garganta, Sting, afortunadamente, retomó su gira europea en Lyon, si bien prácticamente no recuperó completamente la forma hasta su llegada a España. La gira, titulada My Songs, hace referencia al álbum del mismo nombre que, lanzado en mayo, recopila títulos ya conocidos pero interpretados de manera diferente. Según cuenta Sting en alguna de sus recientes entrevistas, una canción nunca se termina. Y tanto en su nuevo disco como en el directo él ve una oportunidad de avanzar en esa evolución. Algo de lo que Dylan ya tomó nota ya hace mucho, mucho tiempo.
Cuando Sting comenzó en la música ya tenía 27 años, era profesor, casado y padre, por lo que la cabeza ya estaba bien amueblada. Por eso no es casualidad que el setlist de su actuación en Úbeda estuvo igualmente bien armado y acertadamente encadenado, compuesto por los grandes éxitos de The Police y en solitario, rastreando los diferentes períodos e influencias del artista, del pop rock a su clave más jazzística, así como los sonidos orientales y africanos. En las primeras palabras de Message In a Bottle, Sting ya anunciaba que no quedaba nada de afonía o agotamiento en su voz. Es cierto que muchas de las canciones han acentuado su sonido reggae- incluso más actualizado al ragga debido a sus recientes colaboraciones- pero no debe resultar nada desconcertante, ya que el género es una seña de identidad en el origen de The Police. Así, sonaban títulos como Walking On The Moon y So Lonely o un Wrapped Around Your Finger adaptada a una voz más aspera que en sus primeros tiempos. Todo- en un espectáculo no necesitado de fuegos artificiales- está perfectamente diseñado para que las piezas atemporales adquieran otra dimensión en vivo.
Casi todos los compañeros de banda en la gira son mucho más jóvenes que Sting: dos guitarristas- uno de ellos Dominic Miller, eso sí, lleva con él casi 30 años, el otro su hijo Roger Miller- un baterista, un teclista y un músico de armónica- de lo mejor del concierto, complicado suplir en escena el inconfundible sonido de Stevie Wonder en Brand New Day – que también hacía los coros con otros dos miembros. Sting saludaba en castellano varias veces y se entrenía, sobre todo, para presentar a sus músicos y apenas buscaba interactuar, prefería que hablasen las canciones. Para los bises se reservó títulos como Demolition man, Next to you y Fragile, y gran parte del público echó de menos Roxanne. Unas diecisiete canciones en apenas ochenta minutos, sin grandes solos de guitarra, se mezclaron con gran emotividad. Su audiencia le agradeció vehemente su presencia- hasta unos días antes impredecible- y desapareció felizmente en la noche.
Sting (Voz y bajo), Dominic Miller (Guitarra), Rufus Miller (Guitarra), Kevon Webster (Teclados), Shane Sager (Armónica), Josh Freese (Batería), Gene Noble y Melissa Musique (Coros).