[Crónica] Melody Gardot (Plaza de Toros, Málaga, 25/07/16)
Pocos textos habrá escritos sobre Melody Gardot donde no se haga referencia a su biografía. En esta ocasión no vamos a ser menos. Gardot nació en 1985 en Nueva Jersey. Aprendió a tocar el piano siendo una niña y comenzó a subirse a los escenarios en Filadelfia, ciudad donde cursaba sus estudios de moda en la universidad. A los 19 años un coche casi acaba con su vida mientras montaba en bicicleta. En los meses que pasó en el hospital se empapó de música -rock, jazz, folk, pop- y escribió lo que luego sería Some lessons (2005), un EP de seis canciones. Ya en 2007 se reeditaba su primer disco, Worrisome heart. Comparada de forma recurrente con Joni Mitchell o Eva Cassidy, en su concierto de la Plaza de Toros, incluido dentro del Festival Terral, Gardot venía a presentar su quinta y última referencia hasta el momento, Currency of man (2015).
El concierto desbordó elegancia en un recinto medio lleno y medio vacío. De la banda, formada por Mitchell Long (guitarra), Sam Minaie (bajo), Devin Greenwood (teclados), Charles Staab (batería), Irwin Hall Jr. (saxo) y la trompeta de Shareff Clayton, destacan los dos últimos, Hall y Clayton, que atacan con la misma solvencia notables solos y pequeñas coreografías. Entre algún problema técnico, Gardot se perdió en chácharas prescindibles y constantes llamadas a un público que parecía encantado en todo momento. La languidez de la mayor parte de su repertorio quedaba hecha añicos cuando la banda, con Gardot a un lado del escenario, se estiraba hasta ritmos funky e incluso dance, convirtiéndose, ahora sí, en una potente máquina fabricada por y para el ritmo. Buen ejemplo de ello lo encontramos en el portazo final con Preacherman, inspirada en el asesinato, en 1955 y con tan solo 14 años, del adolescente afroamericano Emmett Till.
A falta de la actuación de Ibrahim Diakité al día siguiente, con el concierto de Melody Gardot se cerraba el Festival Terral 2016. Este año los números no han acompañado, ya que los 5.400 espectadores quedan lejos de los 11.531 de 2015. Hay trabajo por delante.
Foto: Daniel Pérez.